18 d’abr. 2021

¿Se puede ser demócrata e independentista?

Ustedes habrán escuchado mil veces afirmaciones como las que siguen:

  • No soy racista, pero no quiero que un negro me quite el trabajo
  • No soy homófobo, pero creo que los homosexuales no deben exhibirse públicamente
  • No soy machista, pero creo que las mujeres se ocupan mejor de la casa y los hijos que los hombres
  • Creo en la igualdad de las personas, pero pienso que quienes han llegado en patera, sin papeles, no deben tener los mismos derechos que los oriundos
  • No soy totalitario, pero creo que las minorías deben someterse al dominio de las mayorías, o bien ser expulsadas de la comunidad
En todas esas frases, como es bien sabido, solo debe tenerse en cuenta lo que va después del pero, ya que lo que antecede al pero es prescindible.

Las personas que se expresan así siempre me han provocado temor. Incluso más que quienes directamente te sueltan soy racista, soy machista: en estos casos, uno por lo menos asume lo que es y ha identificado donde tiene su punto débil.

La Cataluña de los últimos años ha normalizado, sin pestañear, ese tipo de expresiones:
  • Soy demócrata, pero en Cataluña solo puede haber partidos nacionales
  • Soy demócrata, pero en Cataluña debe prohibirse el uso del castellano
  • Soy demócrata, pero TV3 solo se debe invitar a tertulianos nacionalistas
  • Soy demócrata, pero el gobierno solo debe subvencionar la cultura catalana en catalán
  • Soy demócrata, pero los partidos no-independentistas no deben ocupar espacios en el Parlament
  • Soy demócrata, pero la voluntad del pueblo está por encima de las leyes
  • Estoy a favor de la libertad de expresión, pero solo tolero que se expresen los que opinan como yo
Esta última expresión, en concreto, quizás la más terrible y la más aberrante, se ha escuchado en boca de personas con cargos públicos de relevancia. Esa frase en concreto significa, simplemente: la democracia no existe, ha sido suplantada por el mandato del pueblo. Una frase que pronunciaron en su momento individuos como Hitler, Mussolini, Stalin o Franco. Sí, Franco, lo han leído bien. Lo expresaba con claridad y muchas veces: España es, España quiere. Convertía a la ciudadanía en un sujeto singular e interpretaba su ser, su voluntad o su deseo tal como lo haría un médium, ungido de poderes sobrenaturales. Y todos se llevaban las manos a la cabeza mientras pensaban: ¡claro, habla así porque es un dictador! 

Sin embargo, llegó la democracia y, de repente, alguien habla así en Cataluña a la vez que se proclama el más firme defensor de la democracia. No solo eso: también el único demócrata, sometido a la opresión de un estado totalitario.

El último impulso antidemocrático, iliberal y antilustrado lo tenemos (de nuevo) en la ANC, entidad que pasea un autobús amarillo por las calles exigiendo "Independencia AHORA". Y aporta un número: somo el 52%. Se refieren al porcentaje de diputados independentistas del Parlament. Aunque hay otros números, no los manifiestan. No cuenta, por ejemplo, que en esas elecciones (elecciones y no referéndum) votó el 53% del censo, dato más que relevante en ese asunto. El mismo dato ofrece una lectura mucho más nítida si se cuenta bien: Votó el 53%, y de ese 53%, el 52% votó independentista: luego un 26% del censo es independentista. El uso de los números como me plazca y mejor me convenga no creo que sea un alarde del pensamiento democrático.

Quizás no sería mala idea un buen plan de educación sobre valores democráticos en las Tv, incluso en Tv3: quizás se debería contar cuales son los principios de la democracia: igualdad, diálogo, consenso, pacto, respeto por la minoría, respeto fundamental por las leyes. Sin uno de esos elementos no hay democracia. A lo sumo hay culto a las urnas, pero las urnas no hacen una democracia: incluso Franco convocó referéndums.

El próximo día les hablaré acerca de Javier Cercas.

5 comentaris:

  1. Creus que es pot ser indwpendentista i demòcrata. Em sembla fantàstic que tinguis la valentia de dir-ho. Ho pots argumentar? T'ho demano de veritat i et prometo un debat racional i educat.

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  2. La preposición "pero", después de una afirmación, ya es una condicional.
    Cuando allá por el 2001 la Sra Ferrusola dijo aquello de: "no me importan que pongan mezquitas, pero no en medio de la ciudad", ya puso un condicionante.

    La palabra democracia (Aristóteles) sería aquella que por agregación numérica los pobres, que son la mayoría, suman más poder que los ricos, y esto se contaría en votos. pero es curioso, porque allí, en Atenas, ni los esclavos, ni los metecos (de otras polis), ni las mujeres tenían derecho al voto.

    Así que ya nos nació rana.

    PD: Insisto, poner un pero después de una afirmación ya desluce la palabra democracia, y por lo tanto no es tal.
    salut

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  3. Pareciera una dictadura encubierta, vestida de supuesta democracia.

    Besos.

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  4. La Cataluña de los últimos años ha normalizado, sin pestañear, ese tipo de expresiones:
    Soy demócrata, pero en Cataluña solo puede haber partidos nacionales
    Soy demócrata, pero en Cataluña debe prohibirse el uso del castellano
    Soy demócrata, pero TV3 solo se debe invitar a tertulianos nacionalistas
    Soy demócrata, pero el gobierno solo debe subvencionar la cultura catalana en catalán
    Soy demócrata, pero los partidos no-independentistas no deben ocupar espacios en el Parlament
    Soy demócrata, pero la voluntad del pueblo está por encima de las leyes
    Estoy a favor de la libertad de expresión, pero solo tolero que se expresen los que opinan como yo.

    Buen resumen.
    Un saludo

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