3 de nov. 2019

¿Adoctrinamiento en las aulas?

Resultat d'imatges de espardenya de set vetes

La primera vez que escuché hablar de "adoctrinamiento en las aulas" me entró la risa. Cuando alguien planteó el concepto para contar un fenómeno que se daba en las aulas catalanas, yo trabajaba en un colegio de primaria situado en un suburbio post-barraquista en donde lo catalán era una anécdota chistosa. A pesar de las recomendaciones repetidas por parte de la dirección a los docentes ("recordad que el catalán es la lengua vehicular y bla bla bla"), ni tan solo la dirección se lo creía mucho: sus recordatorios tenían el aspecto de un salmo que se recita por obligación, sin fe ni convicción, solo para que conste que se ha recitado alguna vez. Quién no ha pisado estos barrios (en Cataluña hay centenares de ellos) no lo puede entender.

Incluso la inspectora de educación, una de las mejores que he conocido, sugirió que, en este centro, la lengua catalana debería tener el mismo trato que una lengua extranjera, pongamos el inglés por ejemplo.

De modo que algunos nos reímos bastante de las advertencias que se lanzaban sobre el riesgo del "adoctrinamiento", advertencias procedentes de despachos lejanos, salidas de cuerpos de traje y corbata y repeinados, cuerpos que jamás habían puesto su sombra en ese barrio.

Pero pasaron los años y cambié de centro de trabajo, y vi más cosas. Y luego el "procés", del que nos reíamos también (por entonces también era algo de señores de traje y corbata, repeinados, y de señoras con abrigos caros), estalló como una flor pútrida, y aunque hablaban de una revolución de las sonrisas, muchos vimos asomar los colmillos de una vieja pesadilla postromántica en la sonrisa revolucionaria, y por fin dejamos de reírnos. El "procés", en su punto álgido, tuvo la virtud de abrirnos los ojos a muchos. En mi caso me puse a recordar, a repasar, a estudiar y a analizar cantidad de cosas que daba por casi supuestas. Así, un día, recordé un disco que había escuchado en mi tierna infancia: "Història de Catalunya amb cançons", disco con una docena de canciones que contaban la historia de un país imaginario como si en realidad hubiese existido. Era un disco para niños. La historia de Cataluña, en aquel disco, empezaba nada más y nada menos que en... ¡la prehistoria!. Tal como lo oyen. Allí se recopilaban los grandes mitos: Guifré el Pil·lós, la corona "catalano-aragonesa", y etcétera, sin ninguna mesura para con la falsedad ni ninguna vergüenza por darle a la leyenda valor de ciencia. Creo que ese disco fue mi primer contacto con lo que ahora se denomina "fake news", eso de la postverdad: ¿a quién le importa la verdad cuando la mentira nos cuenta lo que nos gusta escuchar?.

Se habla a veces de que en las aulas catalanas se aprende a odiar a España. Debo decir que eso es falso. No puedo negar que exista algún maestro integrista que suelte discursos nacionalistas agresivos, pero del mismo modo que puede existir el maestro talibán, también existo yo, que siempre he evitado cualquier mención al asunto y que abogo, si me sacan el tema, por argumentar que se deben evitar las cuestiones que dividen: en las aulas no debe entrar la religión, el nacionalismo o el fútbol, ya que esos tres elementos solo producen enfrentamiento (y enfrentamiento estéril), debates sin conclusión válida y malestar en la convivencia: nada de eso favorece el aprendizaje, nada aporta evidencias científicas, nada de eso nos hace mejores.

No se educa en el odio a España porque es innecesario: España no se nombra. Y listos. En los programas y los currículums no hay España. Hay una Cataluña que es nación, que tiene una historia propia desligada de la del mundo, lengua propia, literatura propia y tradiciones, eso sobretodo, tradiciones por doquier, para todo, todo el año. Y deportes. Por si no lo sabían ustedes, hay deportes catalanes.

¿Cuáles son los deportes catalanes? se preguntarán ustedes. Y lo mismo hice yo, preguntarlo, cuando un día asistía a la reunión de coordinación de una jornada deportiva. "Les bitlles catalanes"(variante más bien cazurra y peligrosa del juego de los bolos), me respondieron alzando una ceja, como si se horrorizasen de mi ignorancia supina. "¡I el llançament d'espardenya!" apostilló otro. ¿El lanzamiento de alpargata? Más de medio siglo de vida sobre el planeta Tierra y hoy me entero de que existe un deporte llamado "lanzamiento de alpargata". Pues eso. Este deporte precisa de una alpargata de "set vetes" que se lanza por entre las piernas y gana el que la lanza más lejos. Me pregunté si también sería deporte catalán el lanzamiento de tapón de botella de ratafía. No se rían ni lo descarten.

Solo cuando España no existe se puede presentar la guerra de Sucesión como una guerra de "España contra Cataluña" y lo mismo sucede con la Guerra Civil: de repente entran unas tropas "españolas" en Cataluña y nos invaden. Para que el relato funcione, se debe obviar (y se obvia, por lo tanto) que los catalanes salieron a aplaudir a las tropas de Franco y llenaron la Avenida Diagonal en 1939 de un modo muy parecido a cuando los independentistas de la ANC (de Forcadell) la llenaron para saludar la bandera estrellada del totalitarismo actual. Una vez solté que se debía comparar la resistencia de Madrid ante Franco con los aplausos de Barcelona a Franco, y me cayó la del pulpo. Pero la verdad es tozuda: en Madrid hubo una resistencia feroz, con trincheras y muertos y batallas. En Barcelona, una multitud de catalanes vitoreando al victorioso. Ni un solo tiro.

No se educa el odio a España en las aulas (salvo en casos que rozan la obsesión o el trastorno mental, digo yo), pero eso no sucede porqué es innecesario: basta con no mencionar a España durante la escolaridad. Y crear así el imaginario de que Cataluña es una entidad corpórea e histórica, con una historia que empezó en el paleolítico y que, sin solución de continuidad llega hasta hoy. Basta con contar que Cataluña tiene una lengua "propia", que existe una forma de ser catalán (una y solo una) y que, en los ratos de ocio, uno puede gozar del amplio repertorio de coros y danzas catalanas, y de un sinfín de tradiciones muy divertidas, como lo es lanzar alpargatas. O subirnos los unos encima de los otros a ver quien se desnuca el primero, se permiten apuestas.

Desde que empecé mi proceso (largo y nada fácil) de deseducarme en todo lo que me habían enseñado, se me abrieron los ojos y me sonrojé, y todavía me sonrojo hoy, avergonzado de mí mismo por lo que me creí. ¿Cómo diablos pude creerme tal sarta infinita de patrañas románticas que escuché? Y lo más difícil todavía: ¿cómo lo hacemos para deseducar a las generaciones educadas en las enfermizas fantasías del nacionalismo romántico del XIX, para reconducirlas a la racionalidad?.

¿Cómo lo hacemos para llevarnos hacia las evidencias históricas y científicas, hacia los valores de la democracia y de la ilustración?. No tengo ni idea, pero se admiten propuestas. Mejor dicho: se necesitan propuestas sensatas, propuestas y programas que nos saquen a los catalanes de la turbia tiniebla post-romántica (ahora llamada populismo nacionalista) y nos lleven a la racionalidad, que es el único lugar de la convivencia democrática. Es muy urgente. De lo contrario, pronto vamos a vernos regresados a un pasado oscuro de feudalismo (feudalismo con aplicaciones de telefonía móvil, pero feudalismo al fin y al cabo), la ciudadanía reducida a "pueblo" y las mentes enturbiadas por los delirios de una patria estéril e inviable. Sometidos a la infamia, a la nostalgia de algo que pudo haber sido pero no fue ni será, sometidos al delirio de una patria feudal horrible. El futuro de Cataluña no es nacionalista.

11 comentaris:

  1. "doctrina" és tot allò que és objecte d'ensenyament, com a primera defició... Seria desitjable que l'escola, els mestres merament ensenyessin. Em pregunto si es pot ensenyar en la neutralitat més pura, partint que els mestres són persones i els programes educatius estan fets per persones, ergo difícilment neutres. L'acte de decidir què cal o no cal ensenyar és fer triar doctrina. Sí, equitat en tot el que puguu ser objecte d'ideologia seria l'educació perfecta: multiplicitat de punts de vista, de teories històriques, coneixement (amb el mateix nombre d'hores d'un territori, classes de les llengües dels llocs d'origen dels alumnes...). Sí, l'ensenyament s'hauria de revolucionar, i els alumnes haurien de triar lliurement en allò que volen ser adoctrinats. En fi, no soc pedagoga i el fet mateix de l'ensenyament em fa venir una mandra infinita.

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  2. Respostes
    1. No todo el mundo puede irse a Madrid para evitar la educación reaccionaria en tus hijos. Lo deberían subvencionar je je je

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    2. Él por suerte se ha podido ir a Madrid para poder educar bien a su hija.

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  3. Mira, LLUIS, a todos est@s admirador@s de Durruti, que veo y tengo sentados en medio de la Gran Via, se les explicase sólo un poco del hilo verdadero de lo que sucedió en Bujaraloz mandando a los homosexuales de vuelta a Barcelona, desacreditándolos a la voz de que minaban la moral de la tropa y contagiaban de enfermedades a la misma (quede claro que no se fusiló a nadie), al igual, digo, mirarían la causa anarquista y a su adalid de otra manera.
    Yo si se lo que sucedió aquí a la entrada de los enviados por Durruti (que no entraron por tren, porque en Bujaraloz no había estación de ferrocarril; mi madre, miliciana de la CNT/FAI frente de Cervera, me lo explicó), pero me guardo de contarlo. Queden el aceite de ricino y los cortes al cero de castigo para otras honras.

    ¿Qué quiero decir con todo esto? Que muchas de las cosas que a estos chicos se les cuenta, son falsas. Y que así, nadando en medias verdades y muchas mentiras no se puede construir un país.
    Salut

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    1. Exacto, amic Miquel. En eso estamos. Debemos contarles que las cosas que les contaron son mentira.

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  4. Tot Barcelona como anarquista que soy decirte que no hay nada más antagonico que la anarquia y el nacionalismo. Esos chicos tienen de anarquistas lo que yo de monja. Mi abuelo anarquista pero a la vez pacifista (su labor fue colaborar en la puesta en marcha de escuelas racionalistas en su pueblo) pues como digo mi abuelo la primera vez que me oyó hablar en catalan me dijo: Ten cuidado con los catalanes que fueron los que llevaron al inicio de la guerra civil...(tengo claro que se referia a Companys y sus secuaces).
    Colocandonos en la actualidad llevo días de discusiones en diferentes grupos anarquistas. Se que chicos de la Cataluña profunda (Olot y alrededores) afiliados a la CNT sacaron un manifiesto en contra de la sentencia y que este hecho a llevado a rupturas en el sindicato ya que los de Olot firmaron el manifiesto en nombre de la CNT de Cataluña y Baleares. La mayoria de anarquistas, vamos los anarquistas coherentes no estan en las manifestaciones ni concentraciones y se han manifestado en contra del nacionalismo que es visto entre nosotros como una cortina de humo de ciertas elites de la burguesia y clase media catalanas, nada que ver con los obreros de a pie. Decirte que yo como anarquista y no nacionalista (claro) recibo el mismo tratamiento de fascista que estamos recibiendo la mayoria que no estamos por el procés. En mi caso el vivir en una ciudad independentista en el 90 % como te imaginaras no lo tengo facil. Y si yo no he callado ni en actos publicos, ni en clases donde he llegado a salirme dando mi disconformidad cuando intentan manipularme. Yo no calló aunque pueda tener mucho que perder (de momento puede que un día tenga que vivir en la calle pues nadie quiere alquilar a una no independentista) pero soy coherente con mis ideas. Que los indepens aparte de manipular la historia son expertos en apropiarse de lideres sean estos de la ideologia que sean, es cosa sabida. Durante un tiempo utilizaron la imagen de Puig Antich como emblema nacionalista, no me extraña que lo hagan con Durrutti. Solo aclarar que en esta lucha contra un enemigo común hay diferentes ideologias y que no podemos meternos a todos en el mismo saco.

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  5. No se puede ser anarquista contra el "procés" utilizando como estrategia una posición unionista-constitucionalísta. Eso no es Anarquismo, es una contradicción.

    Salut.

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    1. https://circulosemiotico.files.wordpress.com/2012/10/bakunin-la-libertad.pdf

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  6. Muy bien dicho Lluis. Maldito romanticismo. Algo buen trajo pero no todo.

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  7. Joan Foscaterra yo soy anarquista y como tal no soy nacionalista ¿Quien te ha dicho que soy unionista constitucionalista? Pero el enemigo, el que hoy por hoy me jode la vida es el independentismo catalán.

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