28 d’oct. 2019
El odio en la casa del vegetariano
Domingo 27. Tras la manifestación nos acercamos a una de las pocas librerías abiertas en la ciudad. Me compro "El adversario", de Emmanuel Carrère, traducción al castellano de Jaime Zulaika. Como pueden ver, no me interesan demasiado las novedades, puesto que ese título se publicó en el 2000 (ahora reeditado para celebrar los 50 añitos de Anagrama). Luego, y puesto que estamos en el Raval (no se si en el 2000 ya era Raval o todavía Chino), terminamos en un restaurante cercano, a reponer fuerzas. Es un garito vegetariano y con mucha solera.
No me chiflan los vegetarianos y no me gusta el tofu, pero este está casi vacío y muy tranquilo. Tras el bullicio de una manifestación, apetece la calma. Tras las horas en la calle bajo el sol acerado de octubre, la penumbra del local viene como agua de mayo en otoño.
-¿Tenían reserva? -pregunta mecánicamente la persona que nos atiende.
Observo el aforo: de la decena de mesas que hay en el comedor, solo una de ellas está ocupada. "No", le respondo con tranquilidad, y disimulando la sonrisa que no será correspondida.
Mientras esperamos, una vez sentados, ojeo el libro de Carrère. Me basta con el primer párrafo para saber que he acertado con la compra aunque, conociendo otras obras de Carrère, ya sé que me arriesgo poco. La prosa de este hombre, que me recuerda a la de Javier Cercas aunque no sepa argumentarlo, me cautiva enseguida. Al poco rato se abre la puerta y entra un matrimonio de bastante edad. Por su conducta y por como son recibidos por el personal del restaurante se infiere que son clientes asiduos, posiblemente vecinos. Hay una familiaridad que ya se me antoja rara cuando me muevo por el centro de la ciudad, turistificada o gentrificada o como se llame a esta desgracia.
Ella, que tiene dificultades con la movilidad, le pregunta a la camarera, con un mohín de preocupación, si cree que el almuerzo podría terminar mal, porqué hoy hay una manifestación "de esos". A lo cual la camarera, responde rauda y desafiante que, "si esos vienen... ¡aquí nos encontrarán!". Con esa frase pretende transmitir seguridad a la anciana temerosa. La conversación, se me olvidó decirlo -pero debe ser innecesario-, transcurre en catalán.
Yo hablo un catalán estándar que deben asociar, como no, a los de su bando. Creo que alguna gente, poseída por la propaganda del régimen totalitario, da por supuesto que los que hablamos en catalán somos los buenos, los suyos, dels nostres. Creo que ni se les ocurre, ni por asomo, que podemos ser catalanes catalanohablantes y a la vez partidarios de vivir en España, no independentistas, no nacionalistas. Dios mío. Ni se les ocurre esta posibilidad, la más sencilla. En la respuesta de la camarera hay odio, desafío al otro. El discurso del odio que transmite la propaganda nacionalista es un veneno terrible que destruye la racionalidad, no sólo la convivencia. El nacionalismo deshumaniza al adversario (son "los otros", como los muertos vivientes o los extraterrestres) y renuncia, aplaudido por el grupo alborozado, a una parte de lo humano que hay en nosotros.
Estoy tentado de contarle a la camarera que yo, con mi catalán estándar, vengo de la manifestación "de esos", que yo soy uno "de esos", un español que habla catalán, una de las lenguas de España. Las ganas de contárselo ascienden por mis venas durante unos segundos, y durante este tiempo pienso cual sería la mejor forma de contárselo, cual la más asertiva, la más democrática. Es inútil: no la encontraré. Y sé muy bien cómo terminará mi debate interno. Terminaré escribiéndolo más tarde, esa será mi solución, lo sé porque me conozco. Cada uno ha nacido para lo que ha nacido.
Un par de horas antes, en la manifestación, también he estado tentado de sumarme a los gritos de "Puigdemont a prisión" que soltaban todos a mi alrededor. Y no lo he hecho. No porqué no comparta eso, ya que yo también creo que el señor Puigdemont debería sentarse ante el juez y darnos explicaciones a todos, como el servidor público que fue antes de optar por ser un nada heroico ni nada romántico fugado de la justicia. No lo he hecho porque creo que hay que dejar que la justicia actúe con sus medios, y no exigir veredictos ni sentencias previas.
Por fin terminamos la comida, pagamos y nos vamos. Nos despedimos educadamente de la camarera que alienta al odio. Nos espera una hora de camino hasta nuestras casas (que son pisos) en una ciudad empobrecida del cinturón metropolitano.
En cuanto llegué, escribí eso. Luego me puse música de Bach de fondo, mientras leía a Carrère. Los dos juntos (Carrère y Bach) me reconfortan con su idea de lo humano que jamás consentirá los corsés nacionalistas, las llamadas del odio, sirenas ansiosas por hundirnos en el abismo. El nacionalismo es la muerte de la cultura, la muerte de la civilización y la muerte así, sin más, la muerte. Una ideología de muerte. Deberíamos pensar en la vida.
Li havies d'haver dit a la senyora. Jo sóc uno de 'esos', hauria quedat retratada.
ResponEliminaPensava que no anaves a manifestacions nacionalistes, pero ja veig que si.
No aniré a cap manifestació nacionalista, sota cap bandera. Sé que aquesta opció em predisposa a ser la primera víctima. Perquè sóc sempre i arreu un estranger - Theo Angelopoulos
salut
La veritat és que no m'ha sorprès gens que`l senyor Lluís vagi a manifestacions Nacional-Unionistes. Només cal llegir tot el que publica.
EliminaA veure, sóc equidistant però no gilipolles. Aaaaayy.....aquesta dreteta que vol anar de demòcrata, pulcra i racional......
Salut.
L'argument "si no pienses com jo llavors ets fatxa" no em sembla ni vàlid ni gaire elaborat. Ara bé, tampoc no el discutiré. Si ens coneguessim sabries que de fatxa o de dretes en tinc poc, no perquè ho digui si no per com actúo. Tampoc no he de justificar on vaig i perquè i com, però no està de més dir que el meu nacionalisme és nul, i que no estimo cap país ni cap pàtria. Crec en el patriotismo constitucional de Habermas, això és hoy.
EliminaY doy de fe lo que dices, simplemente se como actúas. Con los chavales de "fuera" (esto me da el flato); con tu manera de aprovechar los recursos y con la toma de conciencia de que tenemos demasiado y podemos dar tiempo a los demás.
EliminaNo hay una segunda primera impresión, y se de que pie calzas. Te bastan una chirucas.
Estoy más que orgulloso de mantener una relación aparte pantalla.
Te me cuidas
Recuerdos a la compañera de batalla...¡
y salut, coño ¡, siempre salut
Lluís, no t'ho prenguis com una desqualificació, al cap del dia em faig amb moltes persones que pensen molt diferent de mi i no hi ha cap mal rollo. Només permeta'm que dins la meva concepció del món (equivocada o no) tingui les meves reserves sobre açò de "patriotismo constitucional".
EliminaDe fet, sempre llegeixo el teu blog, per tan no tinc cap sentiment de rancúnia vers a tu.
Salut.
Cada día nos encontramos declaraciones intransigentes por parte de los que mandan; si uno tiene la opinión de que con el fuego, la quema de containers, el corte de carreteras, el cierre del aeropuerto, las barricadas constantes en la calle, la rotura de enseres públicos y privados, el destrozo de coches y motos, el impedimento de dejar estudiar a quien desee la clase universitaria, y demás, si un dirigente tiene esa opinión, como la Paluzie, es mejor que se lo haga mirar. Lo único que conseguirá es una reacción por parte internacional, pues el sistema no lo permitirá y además, dejará sin industria a medio plazo a las clases medias/bajas : taxistas, limpiadoras de hotel, reponedores, repartidores, camareros...etc..que se lo hagan mirar
ResponEliminaSe ha sembrado tanta inquina, tanta insidia y tanta mentira desde todos los púlpitos habidos y por haber, incluyendo medios de comunicación afines a la causa, instancias educativas, políticos y líderes de organizaciones, etc., que resulta complicado que todo esto vuelva a la normalidad. Por si fuera poco, algunos responsables políticos ya están empezando a justificar la violencia, mientras los alevines del orden nuevo, las juventudes hitlerianas y los camisas pardas imponen su ley en las calles. Incubar el huevo de la serpiente es lo que se ha venido haciendo desde décadas.
ResponEliminagran post Lluís cas estar al teu lloc educat i correcte. Els que varen quedar retratats són ells.
ResponEliminaApreciado Lluis que bien me lo pintas !!,no se que decirte, ¡Ah si! lo de Rawal viene de la manía de reformar la historia para contarla mes nostrada.Lo puedes leer en el artículo de El Periódico 22/octubre/2016 en una entrevista a Juli Capella arquitecto.
ResponEliminaDe medianos de los 80´... nosotros antes lo llamábamos Distrito Quinto (Montalban dixit) o peyorativamente Barrio Chino lo que abarcaba de calle del Hospital hasta santa Madrona,vamos donde había vicio y señoras que por dos pesetas te hacían una paja (Cine Diana,Union;Barcelona;Buensuceso....) de todos modos lo mas usual era llamarlo Casco Antiguo o Ciutat Vella para los catalanes nacidos en la ciudad.
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