Asistí a un debate sobre migración e identidad del migrante en mi pequeña ciudad. Fue un viernes por la tarde, de una tarde lluviosa de abril. Llevábamos siete semanas sin oler la lluvia, y quizás el regreso del fenómeno hizo que los asistentes fuésemos poquitos. Algunos autóctonos y, los demás, inmigrantes: de Senegal, Marruecos y la República Dominicana. En la mesa de los ponentes estaba un autóctono, aunque hijo de emigrantes andaluces.
La presentadora del acto, marroquí de origen, presentó a los invitados en lengua castellana, y en ese idioma se desarrolló todo el evento. A pocos metros de mi asiento estaba el de una señora muy bien vestida, traje chaqueta y demás, y lacito amarillo en la solapa, todo ello reivindicativo de la identidad de clase alta local (tan alta como rancia). El único lacito de la sala, a Dios gracias (y a Alá también). La señora del traje chaqueta con lazo gualdo es la directora de una de esas instituciones públicas que velan por el conocimiento y la difusión de la lengua catalana, institución que emana de aquella "Ley de Normalización Lingüística" que parió el sátrapa de la Avenida General Mitre. El semblante de la señora, que amaneció deslumbrante en su llegada, ensombreció paulatinamente, a medida que contemplaba el fracaso de su labor de apariencia evangélica pero de corazón totalitario e inquisitorial.
Uno de los debatientes hizo una mención, más bien de soslayo, acerca de la cuestión de que al inmigrante se le acepta más o menos en función del uso que haga de una determinada lengua. Una determinada lengua que no hace falta nombrar, una de las dos lenguas oficiales en Cataluña, y de las dos oficiales la que pretende ser hegemónica, y en cuyo intento de hegemonía se invierten grandes cantidades de dineros públicos, salidos de los impuestos que pagamos todos y no solo los usuarios de la lengua que quiere ser hegemónica y única y vehicular en las escuelas.
La mirada del inmigrante sobre la sociedad que le acoge (si acaso eso sucede, y eso no está nada claro) es muy interesante y conviene conocerla: no vaya a ser que el asunto de la "integración" siga viéndose como un esfuerzo que debe hacer el que llega, sin que el autóctono deba moverse ni un milímetro de sus posición. "¡Que se integren!" se oye a menudo y todos lo sabemos.
El representante de la comunidad senegalesa lo contó muy bien y con pocas palabras: la integración apela a las dos comunidades y no puede recaer en una sola. Si recae en una sola (la del inmigrante) eso se llama, más bien, asimilación.
Me acordé entonces de una vieja anécdota, referida a un pariente político y lejano, que al final de los años 40 emigró a la Argentina porqué no veía nada claro su futuro en la Cataluña de entonces, la España de la postguerra. Como el pariente hizo una buena carrera profesional en América y adquirió una cierta fama dentro de su campo, a su regreso, ya muy mayor (volvió para morir en Barcelona), dió algunas conferencias, que fueron charlas más bien íntimas. En esas charlas siempre repitió lo mismo: "Des de que puse los pies en Argentina, solo tenía un objetivo en mi mente: no perder mi identidad catalana. Viví en catalán, comí en catalán, pensé en catalán. No, no me dejé aculturizar ni me integré". El público aplaudía, satisfecho y con brío patriótico.
Ese mismo público (a muchos les conocía, cuanto menos de referencias) es el que grita "¡Que se integren!" ante los inmigrantes marroquíes, senegaleses y dominicanos, el mísmo público que antes de eso gritó "¡Que se integren!" ante los andaluces, murcianos y gallegos. "Parece mentira, protestaban, lleva treinta años en Cataluña y vive como un andaluz: ¡siempre con sus sevillanas y jamás una sola sardana!".
amén.
ResponEliminaSe que me aprecias, LLUIS. Yo lo hago de la misma manera y con cierta envidia. No se escribir como tu lo haces, simplemente aglutino palabras y a veces suenan bien, pero pocas.
ResponEliminaSirva el preámbulo para explicarte lo de ayer, lo del proyecto REIS. Resultó que me han puesto con Paula, una niña muy tímida y muy laboriosa que hace cuarto en el Joan Miró. Le cuesta abstraerse y cualquier cosilla le distrae. Hicimos mates y Lengua Catalana, en este aspecto ella no tiene problema, en su casa hablan catalán, y eso ayuda, y no poco, para estos casos. Le pregunté cuantas personas habían en su clase, venticinco. Le pregunté cuantas hablaban catalán, me dijo que tres. Su hermana, su amiga y ella. ¿Nadie más?, no, me contestó. Me dijo que habían de muchos países (no me concretó cuantos), pero que en esa clase y en el patio apenas se hablaba catalán.
Esto, por lo que parece, y por lo que a veces pregunto, lleva este camino. Las lenguas minoritarias, quierase o no, llevan la de perder y por mucho que se desee y ante la poca natalidad autóctona y la llegada de emigrantes, lo que predomina es la lengua materna, como no puede ser de otra manera.
Otra cosa es la integración, en la que estoy de acuerdo. Conozco el Casal Catalá de Bs As (allí vi a Victoria de los Ángeles); y allí la gente iba para no perder costumbres, igual que lo que hacen los maños en el Centro aragonés cada doce de octubre.
Creo que esto no debe molestarnos, lo verdaderamente preocupante es que un pequeño caudillo puesto a dedo por otro que también lo fue de la misma manera, se monte una guardia pretoriana ideológica. esto si que debería preocuparns.
Un abrazote con todo el amor del mundo.
Miquel
Las cosas son muy distintas vistas desde Barcelona y su entorno o vistas desde la Catalunya profunda. Yo, que conozco un poco de ambas, te puedo asegurar que en algunas localidades (por ejemplo Banyoles) hay muchos inmigrantes de la África Subsahariana que apenas hablan castellano pero se defienden perfectamente en catalán. Yo diría que en toda la provincia de Girona lo que predomina es la lengua catalana y lo que está empezando a ser residual es la castellana.
EliminaDe los oriundos ya ni te cuento porque no es sólo la lengua (que no me molesta ni me parece mal que la defiendan), el problema es que todo lo ven desde ese cristal aberrante de la supuesta opresión/colonización española (qué me van a contar a mí, colono de la España profunda que lleva toda una vida colonizando Catalunya a las órdenes de encargados y gerentes catalanes).
Y lo malo, desde mi punto de vista, es que los votos de esa Catalunya profunda tienen más peso que los de la metrópolis barcelonesa de manera que, aunque seamos más, sacan más diputados ellos.
¡ Qué interesante y que buena visión de la que yo carezco. Es evidente que, hablamos de lo mismo y desde puntos no de vista diferentes, sino geográficos.
EliminaMuy interesante, J. VICENTE.
Es por ello que el diálogo ha de ser constante, porque no tenemos la perspectiva de un todo, sino de una parte, y a veces pequeña.
Un abrazo y gracias.
Salut
J. VICENTE, eso de los votos funciona así en toda España, cualquier región rural de España los votos valen más que en las zonas urbanas, y tiene una explicación. Eso no tiene nada que ver con el tema catalán.
EliminaCierto, Joan, la ley d'hondt o como demonios se llame, ya sé que es así a nivel nacional, por eso mismo se solía dar el caso de que en las elecciones generales a nivel global Izquierda Unida tuviese más votos que CiU y sin embargo CiU sacase bastantes más diputados. Que se podría haber cambiado a nivel autonómico pero nunca se hizo porque ya les iba bien para sus objetivos. Porque desde que se inició la saga Pujol el objetivo fue claro: tener contenta a la Catalunya rural, que son los que nos votan y los que apoyarán la secesión cuando llegue el momento, y debilitar el área metropolitana de Barcelona, que son los que tienen más conciencia de clase y menos de "patria" y votan izquierda. Por eso hay polideportivos cojonudos hasta en el pueblo más perdido y escuelas en barracones hasta casi anteayer en Barcelona y su área.
EliminaJ.VICENTE, hasta donde yo se, Pujol no quería la independencia de Cataluña, hace muchos años alguien sacó una estelada en su presencia y este le dijo; "Aquesta no és la bandera de Catalunya!!"
EliminaTOT BARCELONA, usted tranquilo que si se va perdiendo el catalán no pasa nada hombre. Ahora eso sí, el idioma de la "patria grande" ni tocarlo. Y si en algún lejano país, hay una una minoría que habla un idioma diferente que se está perdiendo uuuyyy! eso es una catástrofe al patrimonio de la humanidad, ya salen los académicos a informarnos. Pero los catalanes?? No hombre no, somos todos ricos y caprichosos. Haber si vuelvo a bajar a Barcelona a trabajar con mi jefe y escucho hablar más Españoó, porque la última vez que bajé, era insufrible oír solo catalán por todos sitios.
ResponEliminaSALUD
JOAN ¡¡¡¡ JOAN FOSCATERRA, si yo estoy tranquilo. El catalán no se pierde, no se me preocupe, mire hacia arriba la conversación con J. VICENTE. ¿ Lo ve?, Es normal que en terreno migratorio haya un cambio constante en el idioma y prevalezca el de mayor uso, pero como ve, en la catalunya interior es predominante el catalán.
ResponEliminaVenga, hombre, que ud. es mucho más que cuatro letras para enfadar a nuetro LLUIS, al que me consta (me consta)...estima de verdad
Un abrazote
Salut
TOT BARCELONA, pues quizás se sorprendería un poco si se diera un paseo por alguna de las poblaciones de la catalunya interior, quizás se darían cuenta que la cosa es un poquitin más mixta de lo que pensaban. No pretendo enfadar a nadie. No es culpa mía que 2+2 siempre den 4. Y claro, es normal que en terreno migratorio haya un cambio constante en el idioma y prevalezca el de mayor uso, pero creo que ya se me a entendido a lo que voy.
ResponEliminaSALUD.
Tranquis, que seguro que castellano no parlarán pero urdu seguro que sí, nos reiremos mucho,
ResponEliminaPues yo estaría encantado de aprender Urdu.
EliminaMe imagino a Jaime I en los territorios de frontera legislando entre el aragonés por una parte, el catalán por otra, el castellano en el oeste, el árabe de gran parte de la población, el vasco de los territorios cercanos a Navarra, el francés por el norte y los curas con el puñetero latín, que estaba más muerto que el mismísimo Cristo, pensando cuál era la lengua del reino aragonés y mandando a todos al pedo y resolviendo que lo que los hablantes decidan en su vida diaria. Me imagino a los habitantes de las merindades de Burgos con el contacto del vasco, el árabe y el latín debatiendo qué coño hablaban y al final mezclando todo para parir el castellano sin pedir permiso a nadie y burlándose de la plataforma per la llengua latina de la época, la iglesia, por carcas. Me imagino a los primeros hablantes de catalán, castellano, vasco o latín mezclándose hasta hartarse e imaginándose a algún filólogo orgánico decidiendo que eran precursores de un idioma cuando lo único que hacían era tratar de camelar a alguien que les atraía de la forma más eficaz posible. Si yo fuera filólogo de cualquier lengua en Cataluña estaría moderadamente entusiasmado ante la increíble situación de tener delante de mis narices el nacimiento de una nueva lengua derivada de todo lo que se habla aquí : el castellano, el catalán el árabe de vuelta, las lenguas del Este... Pero no. Cerrojo y cinturón de castidad. Bueno, preservad vuestro latín y sobre todo haced crecer vuestra Iglesia. Y ánimo ante la corriente.
ResponEliminaJAVI, estoy con usted en eso del nacimiento de una nueva lengua derivada, así se terminaría el intento de imponer una lengua sobre la otra, y de paso terminar con el concepto de patria.
EliminaL'autor ha eliminat aquest comentari.
ResponElimina