3 de nov. 2017
El exilio
Mi abuelo materno, Miquel Albert Barris, nacido en Figueres en 1901, se exilió de España en enero de 1939 y se fue a Francia, cerca de Montpélier. De no haberlo hecho así, le hubiesen fusilado las tropas franquistas que entraban por la Diagonal des del oeste mientras él salía por la Gran Vía, vía norte. Dice la leyenda familiar que consiguió huir gracias a que requisó (mangó) una motocicleta.
Miquel Albert fué el último comisario político de la prisión de Montjuïc en tiempos republicanos y comprendió, en enero de 1939, que debía largarse por piernas si quería mantenerse con vida. Hizo bien. No iba nada desencaminado, el abuelo: aunque joven e idealista, comprendió cual es la materia del sueño y cual es la materia de la realidad. Comprendió la diferencia que hay entre ambas construcciones.
Miquel Albert ejercía su cargo en virtud de la legalidad vigente en España, y por defender esa legalidad --con armas legales frente a las armas sediciosas-- tuvo que largarse, ya que los golpistas de entonces no se andaban con hostias. Una vez en el sur de Francia, el abuelo dió con sus huesos en uno de los campos en donde se hacinaban los refugiados españoles. Miquel, de salud frágil, no resistió el exilio mucho tiempo: murió en enero de 1941. Dicen que pulmonía, quizás pneumonía, probable tuberculosis. Miseria, en cualquier caso. Pena y miseria y el bacilo de Koch.
En Barcelona estaban su mujer y sus tres hijos. Sin sustento económico alguno. El mayor tenía 9 años. La menor (mi madre), 3. El exilio y la muerte del abuelo, fallecido de pena y de miseria a los 40 años, fue la nube que cubrió el sol a lo largo de de toda mi infancia.
El exilio de los perseguidos es eso. Al menos para mis glándulas entendederas, que lo entendieron de pequeñito.
Así, del mismo modo que pido inteligencia, moderación y respeto cuando se habla de "el pueblo catalán" como si fuese un sujeto singular (y que no me incluyan nunca más en él, por favor: hablen de diversidad, de complejidad, hablen de ciudadanía por lo que más quieran) también pido inteligencia y respeto cuando se habla de "exilio".
No todo vale, ni todo vale en cualquier circunstancia, por más favorable que sea. Cuidado con animar a los enfrentamientos que pueden derivar en guerras, porqué las guerras traen la mala muerte a los mismos a los que no les llega jamás la buena vida. Cuidado con hablar de lo que se desconoce, cuidado con nombrar el horror en vano porqué el horror se ceba con los de abajo.
Hay que respetar las palabras, preservar sus significados. No siempre un político preso es un preso político. (Si un día encarcelan a Messi por saltarse la ley tributaria, ¿será un deportista preso o un preso deportivo?).
Dice uno que la pintura terminó con el Giotto, y otro que la literatura se extinguió tras el Dante. Aunque lo comparto en parte, también creo que quizás sean exageraciones. Pero, por lo menos, respeten las palabras. Digan "exilio" cuando sea exilio y déjense de nombrarlo cuando es fraudulento. Nombren a las revoluciones y al desastre cuando sea inevitable nombrarles y solo si es inevitable. Déjense de simulacros y de simulaciones.
Respetar las palabras es el principio, porqué en el principio fue la palabra. Y es lo último que nos queda a los que no disponemos de la palabra cuando no es hacienda, cuando no es herencia, cuando es nuestra pobreza y cuando debemos defenderla día a día, minuto a minuto.
No tinc res més a afegir. Més que mai cal respecte, prudència, reflexió i sobretot, bon ús del llenguatge (quan el llenguatge comença a ser bel.licós, ja cal que ens calcem...). Quan s'invoquen segons quines entitats, sotgen fins que es desfermen...
ResponEliminal'exili ja no és el que era LLuís, ara tenim l'exili Low cost.
ResponEliminaExili low cost o exili subvencionat, i vés a saber qui el subvenciona. Espero que no sigui amb pasta pública.
EliminaConstantemente cambian el nombre de las cosas, manipulan los conceptos para manipular los pensamientos. El engaño es constante, una descomunal mentira que puede traernos consecuencias muy dolorosas.
ResponEliminaAbrazos
Francesc Cornadó
Francesc, yo también temo que con sus mentiras nos lleven al dolor. Es el eterno drama español. Y es paradójico que sean los más puros catalanes quienes sean los más estrictamente españoles.
EliminaMolt lucid company. Noltros , llibertaris, som exiliats a pròpies terres. Salut.
ResponEliminaEscrit entranyable. M'ha agradat molt. Són vius, la teva mare i els teus oncles?
ResponEliminaGràcies, Maite. Tots han mort. Jo guardo una còpia de les memòries de l'avi a l'exili, l'original de les qual vaig donar a l'arxiu Terradellas de Poblet-
EliminaNunca olvido estos dos maravillosos versos de la canción "Yo digo que las estrellas", de Silvio Rodríguez:
ResponEliminaYo digo que no hay talante
más claro que ir desnudo,
pues cuando se tiene escudo
luego se quieren los guantes
y digo que el que se presta
para peón del veneno
es doble tonto y no quiero
ser bailarín de su fiesta.
Un saludo y gracias por tan sabia reflexión.
A mi madre le vino la memoria de repente. Como si lo intuyera, tres meses antes de morir, postrada en la cama, y a sus 88 años, tuvo ganas de soltar lo que tenía dentro. Por lo que se ve quería irse al otro barrio al menos confesada.
ResponEliminaNo le fue fácil hablar, pero cuando se soltó y perdió la vergüenza (tal como lo relato), ya era una lluvia de sucesos.
A los cincuenta y pico me enteré de como conoció a mi padre. De como y donde me engendraron. De lo que hizo en nombre de una bandera negra y roja con las letras de la CNT/AIT. De lo que hizo mal y de lo que hizo peor. De un barco llamado Uruguay, en el moll de la Fusta, donde se entraba vivo y se salia muerto por una escotilla de popa a las 5 de la mañana. De los viajes al cementerio de Montcada con una Ford requisada que hacía de coche fúnebre, con cuatro o cinco bolsas de arpillera, y dentro sus correspondientes cuerpos. La misma camioneta que llevaba el pan en el trayecto de ida.
Todo en nombre de unas ideas. Todo en nombre del pueblo. Todo con la aprobación de los dirigentes de la república, con el beneplácito de los sindicatos, con la bendición de los partidos, pues no sólo era la CNT, también estaban haciendo el mismo trabajo los del POUM y los del PC,(según su relato).
Me dediqué a escuchar y a apuntar los nombres de las personas que le venían a la memoria. Los de sus compañeros de correrías y los de algunas de las víctimas. Es una libreta que he de enterrar, pero no de momento.
Comprendo completamente tu escrito. Completamente. Yo no tengo conciencia de identidad, ni quiero trapos de colores en mi balcón, porque inducen al odio, porque su función es identificar a los que son de tu bando y evitar que les dispares, pero en ningún caso es entablar relación con los que llevan trapos de otros colores.
Salut
Un escrito acertadísimo desde el principio hasta el final. Cuántas palabras utilizadas en estos momentos relacionadas con el Procés forman parte de una verborrea terrible. UNIONISTA O ESPAÑOLISTA es toda personal que manifieste que no es independentista o que la independencia de Cataluña le importa un rábano, aunque no esté especialmente preocupado por la unidad de España. FACHA es toda persona que manifieste que no es independentista o que la independencia de Cataluña le importa un rábano, aunque ni siquiera vote a un partido de derechas. DICTADURA es el tipo de gobierno actual en España, aunque según el diccionario es el gobierno que, invocando el interés público, se ejerce fuera de las leyes constitutivas de un país. DEMOCRACIA, cuyo significado parece ser que no hemos entendido hasta que han aparecido los procesistas. Y últimamente llegamos a lo de los presos políticos y lo del exilio. Leer sus escritos, Lluis Bosch, me reconforta. Muchas gracias. MJ
ResponEliminaMe adhiero totalmente al escrito de MJ.
EliminaEn cuanto a lo que cuenta Lluís, muy bien, como siempre. Difícil decir esas cosas mejor. Si tuviera emoticonos tipo whatsapp pondría varios deditos hacia arriba.
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