La música es Lullaby for Hamza, del gran Robert Wyatt
La fecha del aniversario se acerca por detrás mío, como la marea cuando se alza con el rumor de los fenómenos cíclicos, perpetuos e indiscutibles. Soy mayor.
A final de mes cumplo cuarenta y ocho y esta edad, tan compleja como cualquier otra edad, la voy a inaugurar en mi quinto mes de paro laboral. Bueno, son las cosas de Artur Mas, La Caixa y sus mercados. Acercarse a los cincuenta es algo muy raro que me había parecido inalcanzable, remoto y brumoso. Alcanzar los cincuenta -si los alcanzase- parece casi una desfachatez, un insulto grave al joven que fui un día y que todavía me increpa en el espejo, durante la décima de segundo antes de prender la luz del baño por la mañana. Le he traicionado en demasiadas cosas y algunas no tienen excusa.
A los cincuenta años, el poeta Gabriel Ferrater decidió poner fin a su vida de forma planificada y concienzuda porqué, entre otros motivos, no soportaba el olor de los viejos de más de cincuenta años y no quería arriesgarse a desprender olor a viejo. De modo que, poco después de cumplir, se enfundó una bolsa de plástico en la cabeza y se extinguió. Ninguna tienda de comestibles, ningún supermercado de Sant Cugat ha querido jamás admitir la propiedad de la bolsa. No me siento capaz ni con tanto valor como Ferrater.
Es cierto que el cuerpo obra cambios -nada sutiles- con la edad, y que uno mismo los observa con más o menos resignada serenidad al salir de la ducha. A mi me maravilla (es un decir) el aumento del abdomen aún comiendo poco y sin beber cervezas. Lo de la caída del pelo me empezó tan temprano que he tenido mucho tiempo para procesarlo, y de algú modo lo he desvinculado de la edad: a los treinta tenía más o menos el mismo poco pelo de ahora. Y además, el poeta Jaime Gil de Biedma me ayudó a tolerarlo con su delicado estoicismo.
¿Porqué mueren temprano los poetas y tarde los banqueros?
La novela -como todas las buenas novelas- me reserva algo personal. Se abre con una terrible advertencia para navegantes o lectores incautos:
Cipriano Castillejo se halla entre los cuarenta y cinco y los cincuenta años de edad; ha alcanzado esa época de la existencia en que los hombres empiezan a derrumbarse física y psíquicamente, [...] entra en la misma cafetería y pide su condumio: café con leche con un bollo azucarado. En el establecimiento anida una logia de cincuentones, y Castillejo contempla, silencioso, el rebaño: son cinco, siete, hasta diez individuos vulgares, anodinos, como hechos de magma; ni siquiera representan ruinas, sino escombros. Sus rostros reflejan el vacío, la ausencia de ideas y volición; simbolizan la carencia, la utopía de un mundo falto de espíritu, y ese mundo es, sin duda, nuestro mundo.Pienso en los quince, los treinta y los cuarenta y ocho. Recuerdo el fulgor del adolescente airado, que jamás se acostaba sin haber rasgado la piel del mundo buscando las señales de una belleza rabiosa y lacerante. Eso se llama nostalgia, creo, y de poco sirve hablar de ella porqué no la conjuramos hablando. A los treinta creía que me sobraba algo de tiempo, y que si andaba sin prisas pero sin pausas podría llegar. Luego empecé a construir lentamente una nueva percepción resignada y más pequeña, adaptable y adaptada. Quizás ahora comprendo más las obras literarias y las del arte conceptual, y quizás amo más tranquilo y reposado. Quizás pido poco, espero poco y me alegro de las cosas pequeñas. Pero añoro la vieja añoranza grande.
A esta edad queda algo remoto y ensimismado del fuego antiguo, algo parecido a las brasas que son capaces de cocer lentamente algunas ideas, como berenjenas o costillitas en una barbacoa de domingo. Pero este fuego ya no es capaz de incendiar el cielo.
Algunas imágenes de las mareas en el cementerio de Niembro
El pas del temps ens marca a tots. Jo ja fa alguns mesos que vaig arribar als 48 i gairebé signaria el teu apunt.
ResponEliminaM'ha agradat aquest "Pero añoro la vieja añoranza grande"!
Has encertat la frase que més vegades he dubtat entre deixar o esborrar.
Eliminajo ja no recordo de quan vaig arribar als 48, pero si que de petit pensava que una persona de 50 anys era molt gran. Quan a Ferrater, home!olor de vell si és que se'n fa és cap els 90, diria que es va precipitar, li quedaven pel cap baix almenys, 15 anys bons.
ResponEliminaJa saps com són aquests poetes...
EliminaLo d'arribar als 50 és una barrera psicològica que tenim creada per la societat, tot i així el nostre cervell té la capacitat de fer-nos sentir encara joves.
ResponEliminaVal la pena aprofitar-se d'aquesta diferència entre el físic i el psíquic. En faràs 48 perque els anys són de 12 mesos, si ho fossin del doble, en faries tansols 24, val més no pensar que passaria si només fossin de la meitat... Si arribes als vuitanta, et diràs: quines collonades pensava quan em feia terror fer-ne cinquanta!
Lo de "añoro la vieja añoranza grande" ens passa a tots. N'hi ha que enyoraran bona part de la seva juventut, i n'hi haurà com jo, que només dels 14 als 16...-quan el cos i la ment, estan més desajustats que mai-.
Tot depèn, de com t'ha tractat o has triat, la teva manera de viure...
La veritat és que no enyoro gens la joventut, només enyoro els projectes que era capaç de tenir llavors.
Eliminaa mi em passa que vaig pel carrer i veig persones que sembla que recordo i després penso, però si aquesta persona fa deu anys que no la veus, la que estàs veient potser es la seva filla!...per cert, felicitats!
ResponEliminaGràcies, Aris. Aquesta confusió podri donar peu a situacions curioses...
EliminaA mis cuarenta y cinco años la verdad es que conservo un alma inquieta, todavía puedo seguir dando guerra y si Fortuna no me es contraria, tirar "pa alante".
ResponEliminaEn esa foto con el candelabro judío, se te ve luz en la mirada y esa luz no es fácil de apagar, no creo que se apague con los años, no se debe apagar con los años.
Cuando tenia quince tacos, miraba a los de 45 pensando que eran viejos, ahora me miro y veo una persona joven, inquieta y con preguntas y veo a los de 15 como torbellinos necesarios, todos tenemos nuestro hueco, todos somos necesarios pero ninguno imprescindible (ni siquiera The King Arthur)
Es cierto que algo permanece, igual nos ponemos teológicos y descubrimos el alma...
EliminaEl "alma" es lo que emplean los chinos para matal al advelsalio...
EliminaOstres, als meus 51 "tacos" m´has deixat una mica fet pols. Saps? T´adones de que et fas gran quan els protagonistes de les pelicules que veus i llibres que llegueixes són més joves que tu gairebé sempre.
ResponEliminaAixò si: Felicitats! Borgo.
Doncs perdona, Miquel. He agafat el to demolidor de la novel·la del Miguel Espinosa, que m'ga deixat fet pols a mi.
Eliminam'atrapa la nostàlgia, no ho puc evitar, però sóc conscient que és una construcció mental més i totalment vinculada al present.. la memòria està en perpètua construcció i els records canvien de color en paral.lel al temps..tota la felicitat que hagis pogut tenir és la mateixa que la que ara ets capaç de gaudir, si n'ets.., llevat les absències i les emocions o el dolor que aquestes ens produeixen.
ResponEliminatot i així, qui no enyora moments antics en què, ara, creu que era feliç.. o si més no quasi feliç.., potser si no creguéssim això el dolor seria insuportable, el passat ens consola..
el cos és un termòmetre excepcional del pas del temps,la ment sempre està molt més en forma, si més no per alguns, per sort..
moltes FELICITATS!!!!!!!!
Gràcies, Lagarto. Ja saps que els grecs consideraven l'amnèsia com un regal que concedeixen els déus als qui s'ho mereixen.
EliminaSuena una sinfonía -inaudible, sí- de suspiros entre párrafo y párrafo, mientras se atan los cordones del tiempo evocado. Cuarenta y ocho años. De acuerdo. Una edad. La edad. Mucha, poca pero nunca demasiada. Porque el detalle más fastidioso de acumular experiencias y bucear por la superficie y los abismos de la vida es esa grieta que se abre entre el cerebro y el envoltorio de sus dominios: Ambos, cuerpo y motor, transitan por los mismos recovecos del tiempo, pero mientras el primero se cuartea, descuelga y decolora, el segundo recoge los frutos de las horas observadas y absorbidas.
ResponEliminaCuarenta y ocho años. Casi, casi medio siglo de aprendizajes, sueños, carcajadas, delicias, venturas y sus correspondientes antónimos. Pero mira, oye... Nadie podrá sustraerte todo lo experimentado.
(Un día de estos también cumplo años. No cuarenta y ocho, pero estamos próximos).
Buen mes este de noviembre. Otoño. Disfrútalo como cada otoño del que fuiste consciente.
Los nacidos en noviembre fuimos engendrados con el final del frío, en un invierno lejano, y aparecimos un otoño. Es cierto que cuando contamos la edad contamos el tiempo en que no fuimos muy conscientes del mundo y apenas de nosotros mismos. La vida está llena de intrigas y misterios, como no podría ser de otra forma.
EliminaHombre, Espinosa... un autor interesante, qué sorpresa que asome ahora... llevo días que es como si me persiguiera.
ResponEliminaLo de la bolsa de Gabriel lo sabía, me impactó cuando me enteré, porque es fácil suponer que su muerte fue atroz. Sus amigos poetas la glosaron a menudo, pero siempre con un halo de silencio cómplice, de incomodidad, comprensible por otra parte. Yo creo que fue una bolsa de basura, sin inscripción comercial. Al menos es la que usaría yo. ¿Imaginas irte muriendo y ver el triángulo verde de El Corte Inglés? ¿El comecocos de Caprabo? ¿El tanto por ciento rojo del Dia?
Lo que no sabía era lo del olor a viejo. Me extraña, aunque eran un poco así estos poetas, posturas intelectuales y demás. Luego se echaban encima toda la colonia cara que podían felizmente comprar y salían de ligoteo. La poesía de esta gente me encanta pero sus posturas me chocan un poco. Pero bueno, si me chocan mis propias posturas, fíjate tú la de los otros...
No te diré que 48 calandrias no es ninguna edad. Lo es, noi. Y te lo digo yo que casi te alcanzo. Pero mira, putadas cotidianas a parte, que en esto y en todo la vida tiene siempre la última palabra, no nos sienta mal la edad. Bueno, a ti no sé, a mí me sienta de puta madre, jaja. Vale que tengo más sueño, que ya no aguanto por las noches, y que ya no fumo porros y me he moderado con el alcohol. Pero hay como una sabiduría interna falsa (falsa, porque no nos hacemos más sabios) que consuela mucho.
Un dia hem de prendre un cafè, a veure si et puc felicitar en persona. Ni que sigui descafeinat, que jo, per la presió, ja me'ls he de fotres descafeinats...
Quería reivindicar a Espinosa (ya me contarás por qué otro lado te ha salido), porqué es una prosa diferente y excepcional.
EliminaPor otra parte, yo sigo fumando y tomando café con cafeína (ventajas de ser hipotenso), lo que me garantiza una larga vida). Me siento bastante bien con mi cuerpo, incluso me veo interesante. Y sinceramente, espero que no me alcaces en edad, porqué eso sigificaría algo bastante siniestro para mi.
Salud, y me debes un café.
Vaya, vaya...
ResponEliminaPues no conocía Vidadeperrxs, pero ha sido un feliz descubrimiento... Gracias, hombre.
Saludos!
En este caso me alegro de haber propiciado el enlace, saludos!
EliminaEl paràgraf d'Espinosa és demolidor. Hauré de llegir la novel·la. Perquè més enllà de la bona literatura acabem buscant en la narració la veritat, el món real, el que cadascú percep, no la falàcia que compartim i que ens venen. I el que és natural és la decrepitud, i en aquest sentit el mirall és com la literatura. Acceptem les imatges procedents d'una novel·la i ens rebel·lem contra la del mirall quan en realitat són la mateixa cosa. La diferència està en la nostra capacitat per descriure el que veiem. El que som. La vida està per fer a cada moment. I la literatura.
ResponEliminaBorges no està d'acord en què la literatura sigui una metàfora de la vida. Creu que la vida és una metàfora de la literatura i de vegades em sento proper a Borges.
EliminaLa novel·la de l'Espinosa no et decebrà gens, és demolidora de cap a peus. Un dels textos més durs que he llegit, sincerament.
A final de mes... Me imagino que ya te quedará poco entonces. ¡Muchas felicidades y que cumplas muchos más!! A pasarlo bien en buena compañía, y hacer realidad tus anhelos.
ResponEliminaPer Molts Anys!!
Gracias, muchas gracias, nos vamos siguiendo por los blogs.
EliminaSobre Espinosa Gregorio Morán escribe un comentario halagador en El cura y los mandarines. También la opinión vejatoria mantenida por Umbral hacía el mismo escritor. Por supuesto "no hay color". De la "vedette" del periodismo madrileño solo es salvable Mortal y rosa. Y me temo que Espinosa sea más citado que leído ( no digamos ya "comprendido" ). Ah, y sobre la edad....es una verdadera putada. Y eso, a pesar de creer que el olor a viejo se va diseminando. Yo cumplí 58 el pasado noviembre.
ResponEliminaSobre Espinosa Gregorio Morán escribe un comentario halagador en El cura y los mandarines. También la opinión vejatoria mantenida por Umbral hacía el mismo escritor. Por supuesto "no hay color". De la "vedette" del periodismo madrileño solo es salvable Mortal y rosa. Y me temo que Espinosa sea más citado que leído ( no digamos ya "comprendido" ). Ah, y sobre la edad....es una verdadera putada. Y eso, a pesar de creer que el olor a viejo se va diseminando. Yo cumplí 58 el pasado noviembre.
ResponEliminaGracias por el comentario. Desconozco el texto de Gregorio Morán pero lo buscaré, es uno de los autores interesantes, sin duda. Sobre Umbral, la obra del cual desconozco profundamente, no tengo opinión. Espinosa no es un autor fácil, y el texto de "La fea burguesía" es complejo, polémico. Como les pasa a las obras complejas, hoy es vigente. Quién le habría dicho a Espinosa que el retrato del franquismo iba a ser válido 40 años más tarde de Franco...
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