Me convertí en un loco con largos intervalos de horrible cordura.
Edgar Allan Poe
Me gustaría escribir un cuento de terror, mi cuento de terror. Habré leído centenares, varios cientos de relatos buscando la clave, los entresijos, los secretos. ¿Qué hace que un cuento sea mejor que otro? Pienso que el cuento de terror, por más fantástico que sea, debe expresar algo de nuestros terrores de hoy, debe conectarse a nuestros miedos reales. Y hoy por hoy, el paisaje es bastante horrendo, no debería ser difícil hallar... Me fijé en Howard P. Lovecraft. Creo que este autor, en parte relegado, es un autor con grandes ideas que posiblemente superaron sus dotes de narrador como le sucede a Philip K. Dick. Observo que empezó con cuentos de tono gótico, con protagonistas estrictos románticos, nobles enloquecidos, personajes brumosos: La tumba, Dagón. Luego escogió a investigadores, científicos como Marinus Bicknell Willet, el médico de El caso de Charles Dexter Ward. Voy a probar por ahí. Voy a imaginar un sociólogo, un antropólogo o algo así.
El personaje se presenta hablando de una investigación en curso, algo difuso. Es importante que su proyecto no esté muy definido, eso me permitirá llevarle por caminos inesperados. Dice:
Según parece, en el principio de la humanidad había varios grupos. Algunos pacíficos, otros depredadores. Se mezclaron, de forma que en nuestros genes llevamos algo de todos ellos.Luego el personaje busca en sus recuerdos: su padre y el tiempo que pasó dando clases ante grupos de díscolos alumnos a los que debía dominar. Piensa en los vegetarianos y los carnívoros, analiza sectores laborales: la banca, los vendedores que llaman a puertas, la extraña indiferencia como ausente de los funcionarios, los políticos, la prensa, sus frases. Menciona vagamente a Goebbels y La Vanguardia, Arturo Mas (*), Mario Draghi.
Hace un tiempo se me ocurrió que quizás el porcentaje de depredador de cada hombre se podía cuantificar. Se podía descubrir y medir en su vida cotidiana e incluso en sus pequeños gestos. Mis primeras investigaciones me habían llevado sólo hasta lo más obvio: el ansia de poder. Algunos la proyectaban en su trabajo, escogiendo determinadas ocupaciones en que uno puede escalar posiciones para mandar sobre los demás, cuántos más mejor. Eso lleva algunos hombres a la política, y otros a procrear para disponer de cónyuge y descendientes sobre los cuales ejercer distintos grados de tiranía.
Un día recibe el correo electrónico de un desconocido.
He descubierto su proyecto a través de las redes sociales. El hombre le cuenta que vive solo y aislado en el monte. He tenido que andar varios quilómetros para acceder a un terminal de ADSL. No se me da bien eso de escribir ante una pantalla, pero estoy convencido de que le puedo aportar reflexiones interesantes. En mi aislamiento he descubierto datos del alma humana o quizás de sus abismos, secretos escondidos en el fondo de los genes.El protagonista pide prestado un coche (lleva tiempo en el paro, su dinero escasea) y se interna por carreteras oscuras. La noche le sorprende aún lejos del destino y debe alojarse en un pueblo pequeño, en donde la crisis ha hecho estragos: pobreza miseria desesperación enfermedad. Hay una oficina bancaria custodiada por cuatro Mossos de Escuadra, un garito lúgubre lleno de alcohólicos, mucha tristeza. Duerme en el coche. Durante la noche observa sombras escucha gritos gemidos llantos. El pueblo vive aterrorizado por algo que no osan nombrar.
Unos días más tarde el coche aparece abandonado en una pista forestal, no hay signos de vida -ahora el narrador es un imprevisto y aséptico comisario rural. Aquí me detengo, suelto al lector. Quería engañarle, tan sólo llevarle al pueblo depauperado y triste. Abandono la intriga del principio, suspendo el misterio del hombre anónimo aunque dejo una puerta abierta: ¿el protagonista habrá sido depredado? ¿Habrá sido el autor del correo electrónico?
Creo que el lector, una vez desconcertado por el final abrupto y casi frustrante de la narración, percibirá el horror del relato porqué el relato se habrá acercado a su vida. Giros sin sentido, paisajes desolados, la pena. La narración no debe concluir de forma racional o comprensible, y en esa opción está el horror. De repente todo es cotidiano: el pueblo descrito se parece a las calles del suburbio en donde vivo. Yo temo ser un depredador domesticado con educación y libros, depredador minusválido al alcance de fauces relucientes, corbatas de seda y sonrisas de charol.
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(*) Artur Mas aparece como Arturo, puesto que en lengua castellana habla con su mujer e hijos. Paradojas de la política.
No ho crec, diria que el protagonista és el que es queda a viure al poble.
ResponEliminaPodria ser, hi ha casos en què acaba així la història.
EliminaEs anibal lecter! O millor dit anibal merkel
ResponEliminaNo ho havia pensat però m'agrada aquesta solució.
EliminaSegurament, la incertesa és la més gran de les pors humanes. Per això a la política hi ha tantes mentides. I per això agrada tant el futbol, un espectacle en què l'espectador viu amb tensió fins a un final que no té per què respondre a fenòmens racionals.
ResponEliminaÉs evident que la predilecció per les certeses ens aboca a escollir el futbol o el parxís.
EliminaTodos llevamos un caníbal dentro, pero para eso se hizo la civilización, para moderar impulsos y equilibrar los resultados, en pos de un avance conjunto del conjunto de la poblacion.
ResponEliminaSorprende con que facilidad se agarran al poder los que hace poco lo criticaban.
Posiblemente el caníbal civilizado hoy se llama especulador, banquero o político.
EliminaQué pertinente meditación, que se aproxima a los territorios del juego. Ayer mismo, en clase, propuse el inevitable ejercicio. Este año he podido recuperar la asignatura de taller de escritura, que me gusta mucho más por la creatividad que se despierta que por el resultado de los textos, bastante previsible. Mi ejercicio de ayer, llevado cómodamente por la actualidad de los difuntos, era un texto de terror en que sólo podían usar tres o cuatro recursos típicos del género (los recursos los sacamos entre todos a partir de lo que habían visto y leído) y además debían ambientarlo en un entorno que, a priori, no diese miedo. En el lugar menos terrorífico del mundo según sus sensibilidades.
ResponEliminaLes engañé un poco, claro. No les dije que uno de los recursos del relato de terror es precisamente el lugar que ve violentada su seguridad. Ese lugar que nunca nos daría miedo, y sin embargo... Es decir, lo que no les dije es que cuando les pedí que situaran su relato en un entorno que fuese todo lo contrario, les estaba ayudando en su propósito. El lunes, cuando los leamos y comentemos, les explicaré esto.
En fin... Y otra cosa, por lo que sé Mas no habla en castellano con su familia, con su mujer no sé, que no he compartido cama con ellos, pero con sus hijos sé de bastante buena tinta que no. Pero si fuera así me daría exactamente igual. El castellano es patrimonio de Catalunya después de tanto tiempo, y si siempre me ha parecido mal dividir entre buenos o malos catalanes (sin que ello signifique que nadie tenga que dejar de pensar o sentir como quiera), hacerlo con la lengua me parece básicamente ineficaz. Lo he dicho siempre, desde que llamándome Ramon sin acento decidí estudiar filología española; es decir, que no soy un neoconverso de estos que corren ahora. (Que por cierto, ya me gustaría que también hubiera neoconversos entre estos que no hablan catalán ni que les corten el cuello, no penses???). Abraçades sense por, i sí amb molta esperança.
Sí, se trataba de un juego y me alegro una vez de tu comentario, que te ha llevado a recordar tu actividad en clase.
EliminaSobre la lengua de Mas a mi es algo que me deja indiferente, pero que no deja indiferente a un sector de sus seguidores. Opino que Mas es un maltratador, pero la lengua en que me maltrata a mi no me importa.
Contra tota por existeixen els exorcismes , propis o aliens .Si acas es dona la maxima de que l´home es un llop per a ell mateix , vull mossegar sempre al amo , mai al que pateix.
ResponEliminaLa por adquireix importància exponencialment a la que cadascu li permet.
Està clar que la por ocupa l'espai que li deixem, però això no treu que hi hagi personatges o situacions terrorífiques més enllà de nosaltres. Dit d'una altra manera: que jo sigui un paranoic no impedeix que algú em persgueixi.
EliminaEl mejor terror, el que se ubica en lo cotidiano, entre los rostros familiares y las oscuridades conocidas, en un escenario de hermosas ensoñaciones donde la hostilidad no pasa de ser una anécdota. Una brusca transformación de ese mundo apacible y adiós a la cordura.
ResponEliminaSin duda el terror que surge del espacio familiar es el más terrible de todos, y el que lleva a la locura. De ese terror hay enormes ejemplos en literatura. Yo ahora estoy releyendo "Nada" de Carmen Laforet, y trata de eso.
EliminaTambién estoy de relectura -Francisco Candel y Angel María de Lera-; Nada la releí hace mucho, mucho tiempo. Es una novela tan próxima a Camus, en cuanto a la percepción de la complejidad simple -acongojante antonimia que es la clave del existencialismo- que con cada lectura se descubre un detalle nuevo.
Elimina(Siempre que pienso en Laforet le pongo el rostro -y las hechuras- de Juliette Gréco.)
Leí Nada con 20 añitos, creo. Ahora la disfruto mucho más. Una de las primeras cosas que pensé fué justamente la conocida frase de Sartre "el infierno son los otros", que me apareció ilustrada con su prosa increíble.
EliminaA Candel lo tengo por aquí, su visión de Cataluña vuelve a ser oportuna, pertinente y necesaria.
És cert que un lloc quotidià pot ser l'escenari del pitjor conte de terror, però, qui no té por d'un aparcament solictari?
ResponEliminaI quantes pel·lis de terror no fan servir aparcaments?
EliminaEn los aparcamientos se entra con cierta prevención. ¿Pero quién imagina que el amantísimo yayo que cabecea en el sillón con orejeras está tramando la mejor forma de arrancarle el corazón a su nieto favorito porque ha leído un viejo libro de nigromantes donde se recoge una antiquísima receta para la inmortalidad...?
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