-Y tu ¿qué música le pondrías?
-Pues a lo mejor una de esas canciones tristes de los Tindersticks, o a lo mejor algo más... La Suite en Re de Johann Sebastian -piensas, ladeas la mirada- Pero también podría ser algo más lúgubre, Nick Cave...
La niebla apareció de repente, cayó sobre el bosque y jugaba a las sombras chinas con el sol. Andábamos bajo un tragaluz grisáceo y verdoso, lleno de iridescencias plateadas y húmedas.
La carretera ascendía hasta un puerto y luego, al descender hacia el valle, apareció el sol. Fue entonces cuando, de repente, apareció el castillo de Irásynovolverás justo delante nuestro. Nos miramos un instante fugaz a los ojos, y así nos pusimos de acuerdo en colarnos allí dentro.
Hay parejas que parecen autosuficientes. Algo entre ellos es más poderoso que el mundo, y es como si pudieran prescindir de casi todo. Como si bastara con la presencia del otro, con escuchar su respiración, saber que está ahí. Podrían vivir en un planeta desierto de humanos y no se darían cuenta. Recordé un fragmento de La felicidad en el crimen, la novelita de Jules Barbey d'Aurevilly en dónde la mujer dice algo así como que tener hijos es para las parejas desdichadas, pues las felices no necesitan procrear ni extenderse: les basta con el amor y esas chispas que saltan. Rodeamos el edificio buscando el agujero en el muro y entramos en el castillo de los susurros del viento.
-Bueno, colarse aquí no es un crimen -murmuras- Como mucho será una falta o algo así.
¿Quién vivió aquí? ¿Cuándo se marcharon? ¿Quiénes eran los desdichados señores que abandonaron el castllio? ¿Adónde se fueron?
En el techo del gran salón pintaron un enorme fresco: un cielo azul intenso, casi añil, con golondrinas volando felices en la inmensidad. Sin embargo, en el suelo aparece el cadáver de un pájaro con las alas extendidas. La vida se marchó a otra parte, lejos de aquí. Si aquí dentro alguien sufrió o amó o se reía o lloraba por las noches no lo sabemos. No hay rastros. Sin duda pasó todo eso, pero ahora sólo hay un silencio polvoriento y triste.
-¿Te has fijado? Los pies... no dejamos huellas en el polvo.
-Debe de ser la maldición del castillo -sonríes- Lo que pasa es que nuestros cuerpos no necesitan castillos.
Cuando salimos uno diría que huímos. Porqué hasta que no nos hemos alejado unos cientos de metros no nos atrevemos a darnos la vuelta para ver la silueta gris del edificio enorme y apesadumbrado tambaleándose entre el verde vivo. La vida estalla fuera, en esos helechos y florecillas, las hiedras, las lagartijas huidizas.
Nota: El autor del blog Una pausa en el tiempo me ha facilitado algunos datos sobre el edificio:
La torre perteneció al propietario de la empresa Carbones de Berga, José Enrique de Olano y Loyzaga, allá por el 1890, encargada de explotar las minas de Cercs. Hace unos cuatro años fué comprada por un millón de euros aproximadamente, con la intención de construir un hotel. La crisis, posiblemente, ha suspendido el proyecto.________________________
Este post está dedicado a dos blogs que sigo con placer, y que rivalizan entre sí para mostrar una belleza sobrecogedora, aunque muy triste: Obsoletum y Una pausa en el tiempo.
magnífiques fotos! Els llocs abandonats i més com aquest, creen una atracció especial...
ResponEliminaAquest crea tanta atracció que ja ho veus... vam trobar un foradet i... cap dins!
EliminaMe ha recordado uno de esos relatos románticos en que lo gótico, al final, queda perfectamente integrado en lo cotidiano, en el amor, aunque persista la duda y una cierta inquietud que por otro lado es lo que ha estado buscando el autor desde el principio.
ResponEliminaIré a esos espacios aconsejados.
Gracias, Eastriver: ya lo ves, aquí intentando resucitar el género gótico como buenamente se puede...
EliminaQuan veig espais com aquests abandonats sempre penso en la darrera mirada en el moment que els va abandonar definitivament.
ResponEliminaÉs inevitable pensar en el moment en què van marxar, com deuria ser: amb alleujament i alegria? Amb pena? Amb presses?
Eliminasento una fascinació especial pels edificis abandonats, i aquest es magnífic...
ResponEliminaDoncs està força a l'abast. Els blogs que he enllaçat a baix es dediquen a buscar-los, fotografiar-los i arxivar-los. La pega és que no volen dir on són, i aquest va ser de pura xiripa.
EliminaLos castillos abandonados, son de noche cuando comunican mejor sus vivencias...
ResponEliminaTe creo, pero yo allí de noche no entro. De día ya da un poco de yuyu, con las puertas crujiendo y ruiditos...
Eliminalo peor de tener un castillo es ya no poder hacer castillos en el aire..
ResponEliminael que més m'agrada dels castells és l'efecte que produeix en la nostra imaginació, potser algun dia hi va haver vida, però ara la vida és molt lluny del castell, el castell més aviat sembla que es guareixi del fet de viure..
la boira.. preciosa!
M'agrada molt l'expressió anglesa que equival a "castillos en el aire": Castles in Spain.
EliminaL'autor ha eliminat aquest comentari.
ResponEliminaPrecioso Lluís, si señor. Yo si que he estado varias noches en su interior, hace ya muchos años, y es toda una experiencia . Si te interesa la historia del lugar será un placer darte cuatro apuntes. Un saludo y gracias por seguirnos tanto a Obsoletum como a mi.
ResponEliminaGracias, Quique. Por supueto me interesa saber algo más del lugar.
EliminaTe lo comento por mail y tu publica lo que estimes oportuno.
ResponEliminaDe acuerdo, gracias de nuevo!
EliminaHi ha vivències que es fan difícils d'explicar, fins i tot demanen una manera concreta per explicar-les. Aquesta demana el gènere gòtic. O les fotografies amb què intentem captar aquest estat d'ànim. No és senzill descriure l'estat anímic que provoca colar-se, el soroll d'una frontissa, el cop de vent que estampa una porta, la llum que es filtra a la planta baixa, els vidres trencats per terra, l'ocell mort, la història que imagines...
ResponEliminaSembla que sí, que cada lloc demana un relat i potser aquest és el nostre paper: saber-lo trobar.
EliminaLluís, hi ha casualitats que no sé com es poden explicar. Fa dies que rondo alguns d'aquests blocs i alguns dels edificis abandonats que encara queden pel Poblenou. I ara ensopego amb el teu apunt! Com que estic convençut que tot té la seva explicació, no li dono més voltes. En tot cas, m'alegro de compartir aquest plaer que arrossego des de la infantesa. I no cal que et comenti res perquè em repetiria: tots dos sabem què se sent.
ResponEliminaFa unes setmanes a la contraportada d'El Periódico entrevistaven un individu que té un bloc i que fa uns reportatges magnífics de llocs abandonats de tot el món, amb vídeos inclosos. No em vaig apuntar l'adreça i no hi ha manera de trobar-lo. I no és cap dels enllaços que hi ha en els blocs que menciones i que ja conec. Si se t'acut, a tu o algun dels teus lectors, feu-me un toc, plis!
M'agrada especialment un detall del comentari: que no et sorprengui la casualitat. Buscarem, ho demanaré als experts, si ho trobo t'ho envio al correu.
EliminaHola Lluís!
ResponEliminaHe estado mirando tu blog y es muy interesante. Este reportaje sobre el castillo es muy bueno.
¡¡Te sigo!!
Saludos desde Lanzarote.
Gracias por la visita, sinceramente. Nos amos siguiendo. Enlazo tu blog.
EliminaHola, buenas fotos de un buen lugar, hace tiempo estube haciendo yo tambien un reportaje en el lugar y veo que sigue igual por suerte, es un lugar con mucha historia y seria una alstima que se perdiera, un saludo desde bcn
ResponElimina