Cuando Artur Mas vaticinó que en una Cataluña independiente las empresas internacionales se darían bofetones para venir a invertir, demostró unas cualidades realmente asombrosas como vidente.
Puesto que con tan solo el aviso de la independencia, las mayores empresas que ya estaban aquí empezaron a desfilar hacia otras geografías españolas y más amables. Nissan está cerrada, por no hablar de la Caixa, del Banco de Sabadell y de una lista de más de mil que se fueron para no volver. Y no solo eso: algunas empresas que sondean la posibilidad de instalarse en Cataluña optan por fin por otros lugares, como Volkswagen en Sagunto, por ejemplo.
Ninguna autoridad ha opinado sobre el tema de Volkswagen: a lo sumo, algún político de tercera fila (y muy independentista) ha soltado que eso pasa por no disponer de un estado "propio", demostrando así una capacidad analítica casi tan asombrosa como la perspicacia clarividente de Arturito Mas.
Pero no pasa nada, y la autoestima del "poble" no debe decaer, y por eso nuestras autoridades nos traen la Copa América, que por lo visto es un concurso de barcos a vela muy interesante que nos dejará un chorro de millones. No sabemos a qué bolsillo irán esos millones, ya que me temo que no se van a repartir entre la ciudadanía ni revertirán en la mejora de ningún servicio público.
Este es el saldo: hemos perdido miles de puestos de trabajo para miles de personas pero hemos ganado un campeonato de vela. Más pobres, pero con regatas de pijos en la playa. Y eso nos lo ha anunciado el señor Roger Torrent, antaño presidente de un parlamento rebelde, soberano, majestuoso y solemne. Y hoy discreto buscador de premios de vela. La vela es, como todo el mundo sabe, un deporte popular al que suelen jugar los repartidores de Glovo cuando terminan su jornada laboral: en Cataluña todos atamos los perros con longanizas y todos tenemos un velero en el puerto deportivo. Cuando no dos.
Hoy asistí a un debate en el que alguien se lamentaba de la pérdida de inversión y de creación de puestos de trabajo y otro le respondía que lo de la Copa América devuelve la ilusión a una Cataluña ensimismada y decaída, que pierde puestos en el cómputo nacional de inversiones a toda marcha. El debate terminó cuando una tercera persona intervino: lo más grave y de lo que debemos hablar es de la reforma de la ley de inmersión lingüística... ¡a quién le importan los puestos de trabajo en Nissan o en Volkswagen!
Pues eso: bienvenidos a la Cataluña post independentista. Esa Cataluña en la que algún pazguato avisa de que "ho tornarem a fer". Ellos sabrán.
Si antes era difícil eso de la independencia, ahora es imposible. No porque lo diga yo, que no soy nadie, sino porque lo dice Putin, que ese si que pinta algo, y lo que pinta tiene bretes de tragedia. La U.E. no permitirá un sólo desmembramiento en su territorio, que no es lo mismo que algún estado quiera marchar. Y no lo permitirá por el Venetto italiano, por la Alta Silecia alemana y por Córcega y Rosellón francés. Y el que no lo vea es que es muy cortito de visión.
ResponEliminaA más, que quede claro que Ucrania entrará en la U.E. a medio plazo, que no es lo mismo que la OTAN (ahí si que no entrará), y harán falta miles de millones para reconstruir un país totalmente arrasado.
Por otra parte, las veleidades que hasta ahora se ha venido dando a los estafadores patrios en Bélgica y demás ya no se darán. Los estados no están ya por esa labor y lo que ven a pocos kilómetros de casa no promueve ya simpatía por una causa que en vez de unir desmiembra.
Se ha acabado el broquil, y que Torra siga soñando. Cualquier cosa va bien con tal de no currar.
Salut
Poderoso caballero es Don Dinero, como decían los clásicos del siglo de oro.
ResponEliminaAl menos Torrent ha tenido un ataque de pragmatismo, la Copa América moviliza equipos de competición con los bolsillos bien provistos, y una ingente cantidad de medios de comunicación que cubren el evento, que también vendrán a gastos pagados.
Al contrarios que la señora Colau y sus "mariachis", que se cargaron en su momento la Barcelona World Race, por ser una competición de pijos elitistas que se dedicaban a dar la vuelta al mundo con unos barcos carísimos.
Ahora la Colau saca pecho con la Copa América, en un inexplicable cambio de opinión. ¿ Será porque se acercan las elecciones municipales y las encuestas auguran la ruina para los "comunes" ?.
Los "indepes" de pie de calle andan bastante desmotivados, y dudo que eso de "ho tornarem a fer" sea una realidad. El tiempo y los hechos han puesto al independentismo frente a la realidad, con los argumento que cita Miquel.
El problema es la herencia que nos ha dejado el "tsunami democrático", fuga de empresas, falta de inversión en las que quedan, y una desconfianza persistente en todo lo que suene a Cataluña.
Saludos.