25 de febr. 2022

El demócrata es débil

Putin, es decir, sus tropas, se han plantado en Chernobil. No parece que el lugar sea un objetivo militar, aunque entiendo tanto de objetivos militares como de poesía china del siglo III.  Digo yo que en toda hazaña bélica debe haber símbolos, y este es uno de ellos. La zona de exclusión nuclear de la antigua central térmica es, a día de hoy, un icono de la modernidad, con todos esos turistas paseándose por la zona y jugando a Stalkers de la globalización y el turismo de masas.

Observo con cierto decaimiento las reacciones de los políticos de la Europa democrática, y con estupor las declaraciones del señor Putin, algo desbocado, oscuro y terrible como un moderno Iván. Sería interesante ver como retrataría a Putin el cineasta Eiseinstein, con qué tremendos planos filmaría al nuevo zar, al nuevo Stalin.

De entre las declaraciones de los políticos europeos se destaca el titubeo, el temor cuando se proclaman castigos económicos y financieros: todos muestran una timidez y una prudencia insoslayables que ponen de manifiesto eso que tanto les gusta a los autoritarios: la democracia toma una apariencia de débil, y la debilidad no cotiza en política. Escuchando al señor Putin cuando habla de la guerra y de sus enemigos, uno descubre el influjo que el ruso despierta en los líderes de la ultraderecha europea: los autoritarios se admiran entre sí, se copian y se felicitan. En algún momento, des de Mateo Salvini hasta Santiago Abascal, pasando por Marine Le Pen han soñado con ser un poquito Putin, despojados del lastre de la democracia.

Eso también explica el curioso idilio del señor Puigdemont con ciertos oligarcas rusos, espías y otros eslavos turbios, y me lleva a recordar algunas fantasías de la época más demente del "procés", cuando sonaba el rumor de ciertos pactos posibles con las potencias emergentes: rusos o chinos. Acuérdense: alguien habló de ceder el puerto de Barcelona a la flota naval de China a cambio de divisas para financiar la delirante República Catalana. Cuando se trata de romper Europa, aparece la tentación totalitaria. Es posible que el señorito Puigdemont también admire a Viktor Orban.

La democracia está en horas bajas y alguien, por ahí, augura que las democracias se nos están muriendo mientras hablamos de otras cosas, como del bienestar de las ovejas o del color de los pasos cebra. Dudo de que Ucrania sea una democracia homologable, pero aún así, su invasión refuerza los valores del autoritarismo no-democrático. ¡Qué suerte tiene el señor Putin, se admiran los líderes de la ultraderecha y los del ultranacionalismo! ¡Ese hombre, tan viril, no tiene que pasar controles democráticos, ni se debe someter a comisiones parlamentarias, ni está obligado a rendir cuentas ante las instituciones o la prensa!

La democracia avanza hacia un limbo peligroso. La admiración de la economía China por parte de las derechas -incluso las democráticas o más o menos, como el Partido Popular-, nos acerca hacia un horizonte de menos libertades, menos democracia y aún así más riqueza, obviando que esa riqueza es para unos pocos. El modelo liberal, y especialmente el socialdemócrata (el que construyó la Europa del estado del bienestar) languidece, callado y ausente, ante el auge de los autoritarios.

La democracia se desvanece. El señor David Fernández (aquel líder de la CUP que se sacó una alpargata en un parlamento) se presenta a la directiva de Òmnium Cultural, la organización que fundaron los falangistas catalanes para controlar la cultureta catalana. Ya nadie le escribe cartas a la democracia.

4 comentaris:

  1. Podría ser que lo estos días quedara en iniio "simpático" de lo que puede venir. Aviso a Finlandia y Suecia, y por ende a toda Europa.

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  2. Y David Fernández, después será defensor del pueblo. Esas son las puertas giratorias de la casa gran.
    Antes, por eso, dará un discurso sobre la OTAN no y fuera las fuerzas de ocupación. Es lo que les da de vivir.
    Has conocido alguno de estos que sirviera para la empresa privada?, pues este tampoco.
    Un abrazo

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  3. Hubo algún iluminado, y creo recordar que fue Puigdemont, que dijo que Pútin pondría cien mil soldados a la disposición de la defensa de la República Catalana.

    ¿ Y a estos se les llena la boca siempre con la palabra "democrácia" ?.

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  4. Te imaginas, RODERICUS, que Rusia nos hubiera dado su consentimiento y ayuda como republiqueta?

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