De repente, a través de un medio de comunicación local, conocemos la última ocurrencia del señor alcalde: peatonalizar dos calles céntricas por las que cada día circulan miles de coches.
El vecindario de estas calles debe de estar harto de soportar el tráfico constante, por supuesto. Como el vecindario de otras muchas calles. En una de las dos calles afectadas por la ocurrencia se encuentra la sede del partido TotxTerrassa. Una anécdota casual, supongo. En este tipo de propuestas, que no sabemos si son promesas vagas o proyectos aprobados, asoma el talante populista del partido del alcalde.
Sabemos como se pueden ganar una elecciones locales, y no es muy difícil: se trata de reunirse con muchos pequeños grupos (de vecinos, de colectivos, de dueños de mascotas, de madres y padres de una escuela, de feministas de un barrio, de usuarios de un medio de transporte, de un gremio determinado) y prometerles todo lo que piden. Aunque lo que pidan entre en contradicción con las demandas de otros grupos. Eso ¿qué mas da? Se trata de que todo el mundo salga satisfecho de la reunión con el candidato. cada reunión es un puñado de votos y el augurio de un disgusto, el aviso de una paradoja, el aviso de un timo. Luego ya veremos. No es nada casual, supongo, que la promesa surja en la segunda parte de la legislatura: así ya tiene media campaña hecha para las próximas elecciones.
En ese proceder no se puede tener en cuenta la ciudad en su conjunto, no puede haber ninguna idea de cohesión: por el contrario, esa mecánica tendirá, invariablemente, a enfrentar a los grupos entre sí y a socavar al conjunto social.
¿Se pueden peatonalizar dos calles tan transitadas sin presentar un modelo de movilidad alternativo? ¿Qué promesas le hará el señor alcalde al colectivo de conductores que cada día necesita transitar esas dos calles por falta de mejores opciones? ¿Les prometerá un carril aéreo de drones gratis? ¿Les ofrecerá desplazarse gratis en la flota de coches del Ayuntamiento? Nada me sorprendería. Se trata de presentar propuestas impactantes, por ridículas que sean, y crear infografías bellísimas, con árboles y gente feliz paseando.
Cuando empezamos a oír hablar de la corriente populista en política nos creímos que el populismo era cosa de otros países, siempre lejanos y tristes, en donde una ciudadanía bobalicona se deja engañar por promesas imposibles pero bellas, por eslóganes facilones, por campañas que solo son tres palabras y cuatro colorines. Nos equivocamos quienes no vimos que el populismo campa a sus anchas entre nosotros, y con una facilidad pasmosa.
No solo usaron las tácticas más burdas del populismo los políticos independentistas que ahora deben hacer marcha atrás y a toda prisa: también sucedió en nuestros pueblos y ciudades, con alcaldes que crean un partido de la noche a la mañana y lo visten con un nombre que lo significa todo y nada a la vez: Tot per Terrassa. Toma ya, vaya usted a saber qué modelo de ciudad propone alguien incapaz de presentar un modelo de convivencia y se limita a elaborar un programa electoral con la lista de peticiones que le han hecho en cientos de reuniones con los colectivos más dispares.
Quien obra así no solo engaña a todo el mundo a la vez, ya que sabe que presenta un programa irrealizable, un puzzle imposible de propuestas a la tun-tún: a la vez, empobrece a la ciudad y la presenta, a los ojos de sus vecinos, como una ciudad desnortada y sin rumbo, que pierde ritmo frente a las ciudades del entorno.
Por cierto: las huellas de gatos pintadas en la calzada, que se presentaron como un proyecto estrella, ya se han borrado y todavía no sabemos si esa pintura salvó la vida de un solo gato. ¿Qué indicadores nos puede presentar el señor alcalde, sobre la mejora en la esperanza de vida de los felinos?
Todo se hace a golpe de corazonada y por sectores.
ResponEliminaAhora hay que ir contra los coches, porque no hay otro proyecto. Ya tienen asidero: es biológico, actual, feminista, medioambientalista; da sensación de modernidad, de confraternización, y de progresismo.
Para ello se ha de peatonalizar la calle, pués nada. Se cuadriculan los chaflanes, se achican los metros de calle, se ponen bolardos y se vende la idea de que tu pueblo combate la polución.
Nadie piensa que esos metros de acera pronto estarán ocupados por las mesas de los bares, sino que vengan a Sant Antoni, y que la carga y descarga será en doble fila cada dia, y que se convertirá la calle en un madero público y en un vertedero de latas y ruidos hasta la madrugada...
Qué no? Pues voy a dar nombres de calles para que se pregunte a la AAVV pertinente: Enrique Granados en el Eixample derecho; Blay en Poble Sec; Tamarit y Parlament en Sant Antoni...
Salut
Oi tant que es poden peatonalitzar sense solució alternativa. Dels milers de cotxes que passen cada dia pe aquests carrers, el 70% no tindrien per què fer-ho, a més a Terrassa hi ha un bon serveu públic de transport. El cotxe sobra a ciutat, i peatonalitzar les ciutats és una manera de fer-ho entendre als semovents que van en vehicle per la ciutat sovint amn una sola persona. Jo ja fa dos anys que em vaig vendre el cotxe, no em cal, em poc per la ciiutat a peu, en bus o en bici, sense cap problema. Quants n'hi ha que podrien fer el que jo i continuen entestats en contaminar amb el cotxe inncessàriament?
ResponEliminaSiguiendo los pasos de la señora ColaCau.....
ResponEliminaEl populismo vende bien su cártel electoral. El ejemplo de las "supermanzanas" de Barcelona habla claro ( Miquel soporta una ), la contaminación y el tráfico se mueven a las calles adyacentes, y paradójicamente.. ¡¡ la contaminación AUMENTA !!. Y de paso se arruinan o cierran algunos de los negocios ubicados en esas calles.
Es lo que sucede cuando se toman decisiones sin pedir opiniones a técnicos independientes, y solo se piden a los asesores "paniaguados" a los que pagas la nómina.
A los problemas complejos no se pueden aplicar soluciones simples, o mejor dicho "simplistas", como el cerebro de los que deciden esas "soluciones".
Queremos ciudades sin vehículos, pero también que las tiendas de alrededor estén bien surtidas, y seguir llevando a los niños al "cole" con el coche de papá, mamá o "elle".
Estimado RODERICUS
ResponEliminaMe falta nada para irme de aquí. En este momento no hay nada que deseemos más mí señora y yo.
Tener nueve bares debajo de casa abiertos hasta la madrugada es un suplicio.
Desde que se abrió la isla esto es una mierda.
Le llaman pacificación a lo que es juerga permanente.
Ahora, los vecinos piden la vuelta al tráfico, como lo piden los de la Ronda Sant Antoni, donde antes estaba la carpa del mercado, porque se ha convertido en zona de ventas de artículos robados y hace imposible la convivencia vecinal.
Lo facil es escribir sin saber lo que está pasando, yo insisto, las AAVV tienen teléfono, sólo hay que llamar y preguntar. No hay una sola que esté de acuerdo con lo que se trae el consistorio entre manos, pero no se puede decir, corres el riesgo de que te llamen feixiste.
Un abrazo
Salut