29 de gen. 2021

¿Hay gilipollas en el mundo?

Hoy, durante el descanso entre las clases, he salido a dar una vuelta por entre los bloques de Campoamor. El sol todavía lucía por la parte de poniente. Un niño, de unos siete años, asomado a su ventana del segundo piso, gritaba a pleno pulmón:

-¿Hay alguien gilipollas? ¿Hay alguien gilipollas en el mundo?

Lo repetía una y otra vez, y nadie le respondía. ¿Qué preguntas hará ese niño dentro de una, dos o tres décadas? ¿Habrá alguien para responderle?

Me he acordado de aquella escena de una película de Fellini en la que un hombre encaramado en un árbol grita sin cesar Voglio una donna! y solo los niños se rien de él.

Me he preguntado si yo, cuando era niño, también me había formulado esa duda. Aunque quizás no la planteé nunca con las formas del niño de Campoamor, quizás sí me lo pregunté. O quizás incluso lo pregunté. En cualquier caso, no recuerdo respuesta alguna.

De regreso a las aulas me ha venido a la mente el recuerdo de aquélla cinta en Super 8 que grabó mi tío Alberto. la encontré hace años y la hice pasar a digital. En ella aparecen dos niños y varios adultos. Todos los adultos de la cinta están muertos y los dos niños tienen más de cincuenta años, amén de algún achaque, varios disgustos, más de un quebradero de cabeza. Me sorprende la facilidad de la sonrisa en el niño que fui. Incluso la risa. Dice, un teórico de la física cuántica, que del mismo modo que la materia se expandió en todas direcciones tras el Big Bang, también lo hizo el tiempo. Es decir que hay, en alguna parte, un tiempo que va hacia atrás. Hoy lo he comprobado, viendo aquel Super 8. Aunque esa sea ya una película de fantasmas.

Luego, y ya en casa, he visto las noticias y me he divertido pensando en las dos preguntas: ¿es posible ver fantasmas? y la otra, la crucial, la del niño: ¿hay gilipollas en el mundo?.

Nota: el término gilipollas es, según un estudio reciente, el insulto más frecuente en España.

10 comentaris:

  1. a) La filmación es preciosa. Bella de factura. Tierna e inocente. Es lo que má me ha gustado de esta entrada. ¿Porqué?, porque hay espadas de madera, hay pantalones cortos, hay ¡un coche¡, madre mía un 850, casi ná, hay un juego cándido de baúl y hay risas, muchas risas de esperanza, que es lo que hoy nos falta.

    Somos una panda de nihilhistas, de desesperanzados, es lo que han logrado después de 23 años de mirar por intereses particulares.

    Y a tus preguntas: Hay gilipollas en el mundo, decirte que si taxativamente, te escribe uno que se graduó con un master en "La creencia de la buena fé".
    y dos) a la de: " ¿ es posible ver fantasmas? " Si, y de los dos tipos, fantasmas muertos y fantasmas vivos, pero es más probable que veas más fantasmas vivos que muertos.

    Espero haberte podido sacarte de la duda.
    Un abrazo y una declaración de amor:
    te quiero.
    salut

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    1. Me temo que vivimos rodeados de fantasmas: los del pasado y los del presente. Ante tanto espectro solo nos queda el amor. No hay nada más.

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  2. Algunas veces pienso que yo también soy parte de ese numeroso colectivo de gilipollas, y si no lo soy, tengo una parte de él, sin duda. Esa parte que me incita a meterme en debates que nunca ganaré porque el que NO escucha, realmente no quiere debatir, sino imponer su pensamiento (un poco como yo, lo reconozco). Así que puedo asegurar sin ningún tipo de duda que el colectivo de gilipollas es cierto, numeroso y creciendo. Yo tuve una espada de madera que me hizo mi padre y un escudo que también me hizo mi padre, mi hijo con casi 17 años sigue guardando en su habitación una espada de madera y un escudo que le compre en Covadonga un dia que fuimos por allí. Hay algo magnético en las espadas aunque sean de madera, digo yo. Muy bueno el video, todos nos volvemos más feos con la edad, sobre todo Miquel ;D. Quizas es síntoma de que nuestros pensamientos ya no son tan bellos y tan inocentes y eso se refleja en nuestros rostros. Tengo una teoría sobre ello que no voy a exponer aquí.

    Un saludo.

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    1. Sin duda, todos tenemos una parte de gilipollismo. Lo vei muy claro en mi vida y en mi curriculum. Lo malo es que hay gentes a quien su gilipollismo les impide ver que son gilipollas.

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  3. Creo que fue un profeta matemático, que no visionario, el que dijo que el número de los gilipollas de este mundo, y más en concreto en España, era infinito.

    Yo hago la operación todos los días y me sale la suma. Infinita, por supuesto.

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    1. Einstein aportó algo sobre la cuestión: dijo algo así como el universo es infinito y la estupidez también. Y que solo estaba completamente seguro de la segunda hipótesis.

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  4. Te advierto, DANIEL, que se donde vives, te dejaré si Papamoscas...

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  5. ¿ Que si hay gilipollas en el mundo ?. Incontables, como los granos de arena de una playa.

    Y puedo afirmarlo, por mi profesión cara al público, cada día me toca lidiar con uno o dos diferentes.

    Lo peor de los gilipollas, es que no pueden dejar de serlo, al no ser conscientes de su propia naturaleza.

    Tardes de estío y juegos en la calle, con espadas de madera hechas con alguna caja de fruta, y escudos de cartón. Falsos legionarios romanos interpretados por críos que repiten una y otra vez la tragedia de las Guerras Cántabras, pero sin muertos ni degollinas. El botín al final del combate, unos polos de naranja, y las consecuencias, una bronca materna por volver a casa sucio de pies a cabeza.

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    1. Efectivamente, la peor especie de gilipollas es la que es incapaz de comprender que también lo es. Los que se creen listos o importantes sin haber aportado nada de luz ni de bondad.

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