1 de febr. 2020
Elisenda Paluzie sortea 150 euros
La señora Elisenda Paluzie es, si no voy deslavazado con las cuentas, la tercera presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, esa entidad que muchos nombramos -en voz tenue- la Asamblea Nacional del Rifle. Ambas asociaciones (la catalana y la del rifle) tienen mucho en común: un ideario supremacista y xenófobo, un gran odio hacia las demás formas de ser humano.
La primera presidenta de la cosa del Rifle catalán, una tal Carmen, prometió la independencia de Cataluña. No cumplió su promesa y está en la cárcel. El segundo presidente, un tal Sánchez, prometió algo parecido y ahora solo exige que le pongan en libertad para volver a hacer lo que afirma que no hizo. Como se puede deducir de su exigencia, el tal Sánchez también está en la cárcel por haber hecho lo que dice que no hizo pero que, sin embargo, volvería a hacer. Los caminos del Sánchez son inescrutables.
La tercera presidenta, Paluzie, parece haber aprendido del destino de sus predecesores y solo promete un vale de descuento de 150 euros en el supermercado Esclat, un supermercado afín a la cosa del Rifle catalán. De eso tengo pruebas, y se las cuento, sin más demora, a renglón seguido:
Hace una semana, la delegación local de la Asociación Nacional de Rifle en la capital provinciana en donde resido, inauguró un local debajo del piso que tengo alquilado. Estuve atento. Era un sábado por la mañana y yo andaba atareado con las cosas pendientes del trabajo y los quehaceres del hogar. Mis obligaciones no me impidieron asomarme de vez en cuando al balcón, cual alcahueta, y observar los fastos de la inauguración. Estuvo bien.
Acudieron dos decenas de personas de edad provecta y algunos niños: los nietos que ese sábado esclavizaban a sus abuelos por delegación de sus padres. También hubo un par de cuarentones rancios, con aspecto de solterones empedernidos o de divorciados amargos, almas perdidas deambulando un sábado por la mañana calle arriba y abajo antes de entrar. Luego les vi apostados en la capota de un coche aparcado frente al local, casi incapaces de dar el gran paso, como el putero casado y católico que medita sobre la soledad y sus máscaras antes de cruzar el oscuro umbral del lupanar. Hacia el interior de este local que es desangelado y triste, y sus paredes blancas bendecidas por la colección de camisetas votivas colgadas en ellas, sus raros crucifijos de colorines.
Un cartelito pegado con cinta adhesiva en la puerta detalla el programa de la gran fiesta: chocolate y melindros (se especifica que el desayuno es gratis), habrá un taller de pintura y aprenderás a hacer castillos. No se especifica si los castillos serán los de Exín o los castillos de aquella tradición pueblerina y bárbara que consiste en montarse los unos encima de los otros. Los cuarentones habían acudido con la esperanza de eso último.
El cartelito (impreso en una impresora fatigada por tan longeva revolución) destaca que a las 13 horas se va a sortear un vale de 150 euros para cambiarlo en el supermercado "Esclat" de la villa.
Apuesto a que los jubilados aguantaron hasta las 13 horas. Ya va siendo hora de que su árdua militancia les compense con algo, ¡jolín!, estos de la ANC piden más que la Iglesia. Lo que no me atrevo a suponer es lo que hicieron los dos cuarentones solteros. Quizás permanecieron también hasta las 13, serios y patrióticos y pensando que con los 150 podrían pillarse un jamón y una botellita de vino del Priorat en el súper lacista y así, quizás, a lo mejor, quién sabe, quizás convencerán a Montserrat, la indepe pero arisca del cuarto segunda para que se venga a tomar algo. "És pernil del bo, Montse!" le dirán, "És pernil de porc català".
Compte amb l'Elisenda, que aquesta es perillosa, fanatisme extrem i desaforat en estat pur.
ResponEliminaAixò penso jo també. No sembla la mena de persona que t'agradaria tenir de veïna.
Elimina¡Cómo me río contigo! Jajaja.
ResponEliminaGracias, ya lo ves: hay que combinar risas y llantos.
EliminaUna frase para guardar en un cajón donde apunto las que me dicen algo en muy poco.
ResponElimina"...El segundo presidente, un tal Sánchez, prometió algo parecido y ahora solo exige que le pongan en libertad para volver a hacer lo que afirma que no hizo..."
Sánchez (Jordi) me produce una atracción especial, al igual que Cuixart, me gustaría analizar mejor sus frases y su currículum, creo que dan para escribir mucho sobre un tipo de catalán medio, en realidad muy mediocres pero que han sabido trepar en la escala de la visibilidad social. Recuerdo que en la primera fase de la cárcel, en Soto del real, su compañero de celda pidió que se lo cambiasen porqué "es un tipo muy raro". Me quedé con las ganas de saber a qué se refería el preso veterano, pero podría ser muy esclarecedor.
EliminaLo único positivo de todo este culebrón nazi-anal-prusesista es que si te lo montas con una indepe te susurre al oído "ho tornarem a fer".
ResponEliminaSalutacions internacionalistes!
Manel C.
No se me había ocurrido. Hay muchas frases del procesismo que tienen una lectura escatológica o sexual, habrá que ir pensando en ello. Fíjate que en el cartel se habla de merendola de "xocolata amb melindros", tuvieron que exprimirse el cerebro para no poner churros, demasiado españoles, y mojaron melindros.
EliminaQue tenían que haber resuelto cómo "melindres", pero no ha habido ovoides.
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