Cada uno se construye su propio infierno. Si se piensa un poco en la frase de Sartre, se descubre cuánta razón llevaba el francés, ya que su oración es aplicable a infinitos asuntos de la vida. A veces, cuando uno quiere hacer daño a otro, solo se construye su pequeña parcela infernal. Y del mismo modo que el Mefistófeles de Goethe afirma "yo soy el que hace el bien cuando pretendía hacer el mal", hay quien hace el mal cuando deseaba hacer el bien.
La Asamblea nacional catalana (antes se llamaba ANC, ahora se llama "Assemblea" a secas aunque alguno la nombra "Asociación catalana del rifle") elaboró una web con un listado de empresas afines a la causa secesionista en su endiablada manía persecutoria (ahora se llama "neurosis") por hacer listas. Cuando uno hace una lista, hace dos: está la otra lista, invisible pero tangible, la lista de los que no están en la lista. Tuve el impulso (entre curioso y morboso) de ver como estaba organizado el invento. Así, cuando uno accede a la web, se le pregunta si es "consumidor" o "empresario". Pulsé "consumidor" y me pidió mi código postal, tras lo cual me informó de las empresas afines al separatismo que están cerca de mi domicilio. Mi primera sorpresa fue descubrir que solo hay una, una empresita de recambios para el baño: grifería, loza y mamparas. Me extrañó, porqué conociendo a unos cuantos botiguers de mi barrio, se de algunos que me van con el lazo y que, últimamente, se han puesto farrucos con lo del catalán. Pero no se han inscrito en la web de la ANC. Uno intuye que es por cobardía, la pela es la pela, y ningún empresario se arriesga a borrar de un plumazo (de un plumazo amarillento) a la mitad más uno de los posibles clientes. Y total por una patria. Por una patrieta.
Amplié un poco el radio de mi búsqueda, y me apareció otra dirección: se trata de Petrolis Independents, cuya sede está a poca distancia de mi piso pero en el distrito postal de al lado. Me entretuve un poco, hasta encontrar las gasolineras de que dispone. Hay dos que he usado a veces, pero que nadie dude de que jamás volveré a ellas, aunque tenga que empujar el coche hasta otro surtidor de combustible. Lo dicho: cuando uno hace una lista, hace dos, y cuando uno persigue a un adversario, se crea los propios. En este caso la ANC me ha facilitado las cosas y se lo agradezco de veras. No soy partidario de los boicots ni de otras medidas que huelen a justicia popular, tomarse la justicia por la mano o ejercer de émulo de Charles Bronson en "Yo soy la justicia". Me gusta más la justicia poética, que casi no se da nunca y por eso es bella. (A falta de la poética, me quedo con la democrática). Sin embargo, sí me voy a abstener de repostar en las gasolineras de Petrolis Independents. Cuyo dueño es ni más ni menos de Joan Canadell, el flamante nuevo presidente de la Cámara de comercio catalana, el que pretende usar la institución privada para favorecer los intereses del independentismo y quien ha decidido librar su batallita por el monolingüismo koiné (en una región felizmente bilingüe).
Del mismo modo que desprecio a los boicots, tampoco comprendo esas campañas de la ANC y sus listas enfermizas, y a la larga peligrosas. Lo que me preocupa, lo que me molesta y lo que me jode es que nos hayan llevado hasta aquí, y que lo hayan hecho personas sin ningún valor remarcable, pequeños mediocres henchidos de nacionalismo rancio, pseudointelectuales arrimados al poder, periodistas anodinos en busca de cobijo subvencionado. O esos "tontos cultos" que describe Javier Cercas. Por lo que cuenta Cercas, de los "tontos cultos" ya hablaron Shakespeare (the learned fools) y Molière (un sot savant): son tontos conocidos, y tanto es así que todos conocemos a alguno. El más cercano es ese tontaina de Jordi Cabré.
Todo eso huele a pulsión de poder, pero nunca de veracidad. Huele a mezquindad, a pulsión de dominio y de sumisión del otro. Huele a hambre y a miseria. El nacionalismo no es ningún idealismo, es todo lo contrario: es solo el desesperado intento por no perder ni un ápice de privilegios, de prebendas, de chiringuitos. Los únicos ideales siguen siendo los de la Ilustración y no hay más. Lo de la ANC es ese infierno de los términos fraudulentos: cuando hablan de democracia, de libertad y de justicia usan la terminología pervertida por un espíritu maligno, inquisitorial y predemocrático, y quieren arrastrarnos a todos hacia su infierno antiilustrado. Por eso me preocupa. Cuando alguien construye un infierno no sabe adonde le llevará a él ni a sus vecinos y se comporta como si todo le diese lo mismo, como cuando un niño gamberrete y listillo le echa gasolina al hormiguero que ha encontrado en el patio comunitario y termina por incendiar el edificio entero.
De modo que debo rectificar: quizás repostaré combustible en las gasolineras del petrolero identitario y xenófobo cuando me encuentre apurado por el depósito vacío. Y, aprovechando que se trata de gasolineras low cost, me gastaré los 3 euros que ahorré por repostar en su chiringuito comprando fruta en la verdulería españolista de la esquina, o un vino de Jumilla, o 100 gramos de jamón de Teruel. Mi acción no destruirá su infiernito ni promoverá ningún cielo racionalista, pero contendrá una molécula de justicia poética.
Me he metido en la pagina (que no en la vagina) de la ANC y he visto un abanico identitario, es un paso, después, supongo, que pondrán la "bailadora democrática de sardanas" y "el correbous diferencial". El único problema que veo a esto es el minimalismo, ya no hay muebles de formica donde colocarlos y las televisiones de ahora son planas y no se puede poner nada encima.
ResponEliminaTambién me ha causado dudas que estelada poner entre las que ofertan
¿La estelada azul? ¿la gran azul histórica? ¿la estelada roja?
¡¡¡madremiadelamorhermoso!!! que dudas...
Un saludo.
Yo también pensé que esa lista a mí me va a ser útil para saber a dónde no debo ir. Tanto quejarse de las listas que circulaban por "Espanya" por el boicot a productos catalanes y ahora van ellos mismos y nos lo ponen en bandeja.
ResponEliminaEn cuanto al gasolinero, pues yo solamente una vez puse gasolina en un sitio de esos (mucho tiempo ADC, Antes De Cambra, y porque iba en las últimas mi pobre depósito) pero nunca fui partidario de esas gasolineras en las que no hay ni un solo humano (para apuro del usuario y beneficio del propietario). Ahora tengo un motivo más para no entrar en ellas, y ni por un jamón (extremeño, que son los buenos) lo haría.
Las gasolineras de bajo precio sin atención humana se han impuesto en Cataluña, y ya nos parecen lo más normal. Tras unos días en Andalucía descubrí que allí todas están atendidas por personas aunque sean algo más caras, pero el reparto está mejor establecido. No somos un ejemplo de nada bueno. Eso de Cataluña es un experimento nefasto y aborrecible.
EliminaHay otra forma de definirlos : "Bobos Solemnes".
ResponEliminaEn el fondo, esta es la quinta guerra carlista ( si contamos tambien el conato de 1.900, que se originó en Badalona precisamente ).
Y como los carlistas, defienden los privilegios de unos pocos a costa de la libertad de la mayoria.
Y a sus seguidores ( estos son los "tontos útiles ), les han cambiado aquello de "Por Dios, por la patria y El Rey" por "La República".
Y muchos lo han creido
Vamo a vé.
ResponEliminaEmpezzemos. Volviendo a Sartre: "Estamos condenados a ser libres". Ya taa. Tomamos cada día sobre 1000 decisiones, nos guste o no. El repostar o no en "esas gasolineras", (son siete en toda Cataluña), va a cargo de nuestra libertad. Yo no repostaré. Y no lo haré porque las gasolineras LOW COST lo único que hacen es abaratar la mala gasolina (que esa es otra) a cargo de no pagar costas de empleados. ¿Qué no hay en Barcelona gasolineras con personal?, y tanto que si. La de la calle Aragón/ Casanovas. Cuatro postes y tres operarios permanentes 24 horas.
¿Que detrás de casa tengo otra?, si, pero mi libertad me indica que he de ir a la que tiene personal, y repostar allí con el buenos días, tardes o noches de rigor.
Por otro lado, hay empresas de ámbito autonómico (sector servicios) que no les interesa que entren otras empresas de España competir; Bon Preu es un caso; cárnicas de Mercabarna sería otro caso; servicio de hostelería y de un sólo uso, sería otro caso (omito nombres); el tipo este de la gasolineras es otro caso, él sólo quiere estar solo en Cataluña y lo que no desea es competencia. Los enteradillos que van de editores catalanes (sólo para cobrar la subvención, claro), sería otro caso. En realidad todo es un negocio, un negocio en el que lo que no se desea es que haya competencia foránea.
Como siempre, aquesta és la nostra casa i no volem a ningú de fora, ( Ferrusola dixit). Así de claro. No hay más.
Salut