Hay autores que escriben en un lenguaje difícil, a veces críptico. Debo confesar que siempre sufrí de lo lindo para comprender a San Pablo, a Jacques Lacan, a Adorno o a Gramsci, por poner solo unos ejemplos. Ni Schopenhauer ni Nietzsche lo ponen fácil, por Dios.
Soy hijo de un obrero sin estudios y eso, ya se sabe, tiene consecuencias. En mi casa el lenguaje era sencillo y cada cosa significaba lo que pone el diccionario básico. Nuestra casa de pobres no era una casa líquida, había tanta voluntad de solidez como aceptación de la pobreza. Poca metáfora barroca. Había una cierta previsibilidad. Eso puede doler, pero se agradece a la larga. Aprendí el valor de la frase racional y unívoca, sin metáforas ni eufemismos ni cábalas. Ser pobre solo significa no tener dinero: las demás pobrezas eran imágenes, figuras literarias. Si te dicen que no, es que no. "Si vuelves más tarde de las doce te caerá una colleja" significa eso. Y la colleja te caía, vaya si te caía. No había significados ocultos ni doble lenguaje. Ni esoterismos posibles ni hermenéuticas soñadas.
Me iba a la cama con el cogote dolorido y enrojecido y, de algún modo, satisfecho por haber comprobado que a cada significado le corresponde un significante preciso, uno solo, solo este. El tornillo del 8 tiene su tuerca del 8. Cada acto, una consecuencia. La consecuencia lógica, la anunciada de antemano. Jamás se me ocurrió decir que fui víctima de una colleja política.
Ayer leí este artículo: (In)digestions, en Directa.cat. Me quedé pasmado. No entendí nada, y no solo por la exhibición políglota de su autor, que huele más bien a fanfarronada
La prosa del Niño de la Alpargata me supera y me resulta más difícil que la de Saulo de Tarso cuando habla de ver "como a través de un espejo". En los otros autores difíciles el problema es conceptual. En el caso del Niño, es un problema de ordenación mental. De sintaxis. Su sintaxis es impredecible además de endiabladamente barroca. No, no consigo comprenderle, no lo consigo. ¿De qué narices habla el Niño de la Alpargata?
El Niño de la Alpargata escribió un texto sobre el asunto del ayuntamiento de Barcelona en el que, si no me equivoco, dijo que prefería un alcalde nacionalista antes que a Ada Colau. Vamos, dijo lo mismo que dijo Albert Rivera, pero dicho en modo lisérgico. En modo estratégico lisérgico independentista. En resumen: cada vez admiro más a Manuel Valls en el asunto de lo del alcalde de Barcelona: Valls es claro, inteligente, demócrata. Y además le entiende uno como yo.
El Niño de la Alpargata, lo habrán adivinado ustedes, no es otro que el artista antes conocido como David Fernández, que fue diputado cupaire, poeta, cantante, activista y gerente de una banca. Entre otras cosas. A diferencia de la mayoría de los políticos nacionalistas, que solo han sido trabucaires, castellers o monitores de esplai (o niños de papá y punto), Fernández ofrece un amplio historial que muchos quisieran. Con su grupo musical denominado "Ovidi 3" se fué a Waterloo para ofrecerle un concierto privado al inquilino del chalecito (el Vivales). Me imagino al ínclito Puigdemont cagándose en lo que tiene que aguantar y maquinando como disimular los bostezos ante la actuación de Ovidi 3. Creo que a Puigdemont le gustan los Beatles, con lo cual las cancioncillas de Ovidi 3 le deben joder un montón.
Bob Dylan le ofreció un concierto privado a un Papa de Roma de cuyo nombre no me acuerdo. Creo que lo hizo para mostrarle al mundo la conversión al catolicismo de un judío de origen. Pobre Papa. Pero por lo menos era Dylan y no el indescifrable Fernández el que le cantaba al pontífice. Quizás no sea casualidad que el señorito Matamala se largase de Waterloo poco más tarde del concierto de Fernández, el críptico. Yo hubiese hecho lo mismo: la sintaxis con estupefacientes me pone malo. Me mata la mala sintaxis, como al Jami Matamala. (Por cierto: ¿qué hace Jami a día de hoy, salvo cobrar por ejercer de senador español?).
Creo que me he desviado del asunto. ¿De qué habla el Fernández? Bueno, pues así de claro y de sencillo: no lo puedo responder. Cuentan que Dostoievsky escribía novelas muy extensas porqué el editor le pagaba las páginas según el peso del papel entregado, que depositaba en una balanza. Digo yo que a Fernández le deben pagar por un sistema parecido, aunque adaptado a la realidad de la vida moderna: por el peso metafórico de los bits. Y debe ser por eso que escribe líneas y más líneas sin decir nada, nada de nada, perogrulladas y tópicos de una supuesta izquierda, de una supuesta revolución de niños, de niños bien, aficionados a la poesía romántica y al buen yantar, y lo escribe todo enlazando frases oscuras con una gramática errática que deberían estudiar Chomsky y Pinker, para abrir nuevas fronteras al entendimiento humano.
Cuando el lenguaje no es comprensible... ¿que es el lenguaje? ¿Para qué diablos sirve?
Tuve el mejor de los mejores profesores en Fenomenología de las Religiones , don Via Taltavull.
ResponEliminaMe suspendió en dos ocasiones; yo no era de los malos estudiantes, se lo aseguro, pero la coletilla de las ocasiones de mis negativos ponía: " don Cartisano, yo digo lo que quiero decir. No se imagine nada".
Eso es lo que me gusta de las personas, que digan lo que quieren decir. Que no me engañen, y que arreen con las consecuencias.
Nos han acostumbrado a excusas. A que la culpa o es de la prensa o a una mala interpretación por parte del resto de los oyentes. A que no era eso lo que querían decir. En definitiva, nos han acostumbrado a no dimitir por sus errores.
El Lenguaje ya no sirve, no nos es válido, LLUIS, le hemos quitado importancia, ahora sólo priva el postureo en Instagram. A eso hemos llegado, y aquí si, aquí la culpa es nuestra, los votantes.
Salut
Bueno, es alguien que cree ser de izquierdas y a la vez independentista, un oximorón andante. ¿Qué esperabais? Sus razonamientos han de ser confusos por narices. Yo he pillado algo sobre tres huesos y que hay que apoyar a la derecha privada de libertad (esa derecha que no paró hasta meter a los del cerco al Parlament en la carcel, acusados de golpe de estado, y que, cosas del karma, ahora se ve en riesgo de ser acusada de lo mismo...)
ResponEliminaUn article demodé, es podria dir emprant el seu estil litetari pretenciós. Fernández ha donat prioritat a les formes en comptes del fons en una cerimonia de la confusió xirucaire.
ResponEliminaY no es que tuviera un día malo. Recuerdo que en su día esto
ResponEliminahttps://vientosur.info/spip.php?article10716
me pareció completamente ininteligible e indigesto. Quiza semejante diarrea verbal sea la única manera de camuflar la indigencia mental de alguna gente.