14 de jul. 2019

Babacar es negro y sueña en colores

Resultat d'imatges de pantone negro

Se que eres capaz de toda la maldad. 
Por eso te exijo la bondad. 

Friedrich Nietzsche. Así habló Zaratustra 



En la escuela siempre hubo varios alumnos de piel negra. Más bien pocos, no más de dos o tres en cada aula. Decir que la piel de esos chicos es negra expresa algo de pereza. El color negro de la piel es pura convención, una convención simplona. Negro lo es el carbón, quizás, aunque el carbón contiene brillos plateados, grises y azules. La piel de esos chicos es un marrón oscuro, pero la luz, a veces, les saca destellos azulados, cobrizos o dorados. La noche es oscura, pero no es negra. Sería negra en un lugar remoto y bajo un cielo sin estrellas. Quizás en el fin de los días, cuando se apaguen los astros. Entonces todos seremos negros.

A los niños les contamos que hay seis colores, pero ellos saben que hay muchos verdes: una aceituna no es el mismo verde que el verde de una hoja de pino, ni el mismo verde que el verde del semáforo, ni es el mismo verde ese verde medio onírico de la raya que destella un instante en el horizonte, en el crepúsculo. Un tomate es rojo, pero también es roja la mariquita, la rosa, la sangre, la amapola, la cereza. Cada uno tiene un rojo distinto. Algunos niños saben que hay un extraño catálogo de colores llamado Pantone, en donde hay mil colores. Esos niños se deben preguntar: ¿porqué la maestra se empeña en decir que hay seis colores, cuando yo se que hay mil?

Entre los niños negros de la escuela hubo uno que ejercía de gamberro casi oficial y su nombre aparecía en muchas reuniones de docentes. Protagonizó escenas lamentables y se forjó una aureola oscura. La mayoría le temían, le mostraban un respeto religioso. Él aprendió a simular que no podía controlar su agresividad, y descubrió que eso le situaba en un pedestal ante la mayoría de los alumnos. Supo que su ira le convertía en un dios temible. Todo eso sucedía entre las paredes de la escuela, entre niños y maestras y maestros.

Un día, el chico la lió durante el recreo y tuvimos que sacarle del patio. Le senté en un silla y le expliqué algo: debes saber que vives en un país racista. No te creas lo que pasa en la escuela, porque lo que pasa en la escuela es irreal, vives en una fantasía. Tu crecerás, serás un adulto. Andarás por la calle, y la calle no es el patio de la escuela. La calle es de verdad. Si en la calle haces lo mismo que has hecho hoy, lo tienes mal. Muy mal. Si en la calle te juntas con otros chicos y la lías, alguien llamará a la policía. Vendrán los Mozos de escuadra, todos blancos, con sus coches blancos y azules, con sus luces blancas y azules. Verán un altercado y verán que en medio del altercado hay un tipo de piel negra. Verán tu piel negra y dirán “vamos a por el negro”. Te cazarán a ti. Te cazarán a ti porque eres negro, porque eres un negro en Cataluña. Y eres un negro pobre. Te cazarán por negro y te empapelarán por negro y por pobre. Espero que no se te olvide eso.

El chico me miraba con sus ojos tan blancos en la parte blanca de los ojos. Al principio me miraba con su mirada desafiante de todos los días, su durísima mirada de resentimiento y de desespero. La vida no le ha dado regalado nada al chaval. Solo el regalo de la vida, que en su caso es un regalo envenenado. Me pregunto en qué sueña. Se me olvidó preguntarle en qué sueña un chaval negro caído en esa Cataluña inclemente que sueña ser una tierra de acogida y es tierra de dolor, de desprecio, de nada. De nada. 

Después de algunos meses aprendimos, él y yo, a llevarnos bien. Jamás tuve que repetirle aquellas palabras, de las que no me enorgullezco. Nos saludamos, yo le doy palmadas en el hombro y él me las devuelve, con una sonrisa ambigua. Me pregunto en qué sueña. Me arrepiento por no haberle preguntado eso. ¿En qué colores sueñas, chavalito de la piel oscura?

2 comentaris:

  1. Creo que de todas formas lo tendrá mal, por muy bien que se porte, el color marca como marca una señal, porque no deja de ser una señal, no eres de los nuestros que son los blancos, pero intuyo que no sólo le pasará aquí, sino en todos los lugares de Europa.
    salut

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  2. Como decía un viejo anarquista amigo mio : "la verdad jode, pero curte".

    Tu discurso no fué políticamente correcto, pero devolvió a ese gamberro en ciernes a la realidad del mundo que le rodea.

    Y le hiciste ver a tu manera de que va a tener que esforzarse el triple que cualquier joven blanquito de familia burguesa para poder alcanzar su propio edén particular.

    Puede que haya sido la mejór lección que hayas dado nunca.

    Saludos.

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