11 de nov. 2018

Javier Pérez Andújar y los quinquis


Uno de los libros más queridos que he leído es "Paseos con mi madre", un libro que me enseñó a amar la escritura de Javier Pérez Andújar. He leído otros debidos a su prosa, pero ninguno superó la emoción y el conocimiento que me proporcionó este. Seguí a Pérez Andújar por las crónicas parlamentarias de El País, y a día de hoy las columnas de El Periódico.

Debo decir que no todos los artículos del autor cumplen las expectativas que uno ha puesto en él, pero a veces pasa. El sábado 10 de noviembre publicó "Los quinquis" y se renovó el milagro. Ahí está de nuevo la magia, el verbo hecho carne, hecho verdad. "Verdad" es, quizás, la palabra que más me repito cuando intento hablar de Javier Pérez. Verdad y mala leche y algo de resentimiento. El resentimiento bien entendido es la semilla de la gran literatura. Pérez Andújar reivindica la cultura popular, los tebeos y los bolsilibros, pero su prosa es magnífica, de vuelo alto, de imagen sorprendente, de comparación sublime. Aunque debo decir más cosas: intuyo en Javier Pérez algo de una pereza que entiendo porqué la comparto. En "Los quinquis" se menciona el asunto: la concisión es un valor. Escribir poco y concentrado. A Marx y a Engels les bastó con un solo manifiesto. Moisés dijo todo lo que quería decir en diez frases (y algunos proponen quedarse solo con dos, en un ejercicio de concisión extrema). Javier no escribe mucho, pero quizás lo suficiente.

Escribo ese homenaje a Javier Pérez porqué tenía pensado escribir algo sobre los narcopisos, sobre el barrio chino de Barcelona. A tenor de las noticias que aparecen de repente, y que uno no sabe interpretar muy bien. ¿Es una maniobra de los de siempre contra la alcalde Colau? ¿Qué verdad hay cuando se habla sobre la "inseguridad" en el Raval? ¿A quién beneficia eso? Ahí: ¿quién sale ganando con eso?  Y ¿cuánto gana el que sale ganando? La lectura de "Los quinquis", en El Periódico del día 10 me ha hecho olvidar mi intención: yo jamás escribiría algo mejor, así que mi ejercicio de concisión es ese: no escribir sobre el asunto. O escribir una reseña sobre su artículo. Una reseña de un artículo en la prensa es un comentario prescindible, una anotación en un diario personal, privado: "Hoy leí lo que dice Javier Pérez de la lucha contra los narcopisos del barrio chino". Punto final. Javier Pérez reúne, en las pocas líneas de su columna, a Tolstoi, a sus recuerdos infantiles en San Adrián, a los ya citados Moisés y Marx, al evangelista Mateo. Inténtelo usted, en 50 líneas, y pretenda, además, contar la verdad. Es decir, su verdad. Lo que para usted es lo verdadero, que no es lo mismo que la verdad. Yo no puedo hacerlo, lo confieso. O por lo menos: no puedo hacerlo mejor que él. Insisto: Javier Pérez es el mejor escritor catalán del siglo. Digan lo que digan la consellera Borrás y sus amigos del grupo Koiné.

¿Qué está pasando en el barrio chino, ese barrio que ahora se llama "Raval"? Bueno, la respuesta es muy sencilla: cuando a uno le quitan las pocas certezas que tiene, las cosas empeoran. Aquí y en la Conchinchina. Si el trabajo disminuye y es más precario, si te pueden echar del piso en cuanto les de la gana a los señoritos, si las leyes no te protegen, si la cosa se pone muy fea... ¿tiene sentido preguntarse por qué vuelven los quinquis? Incluso preguntarse: ¿vuelven?

En los 80, esa época lejana que dicen que vuelve, los quinquis me quitaron el reloj una vez, y otra una calculadora que llevaba para un exámen de matemáticas. De mi casa al Insitituto San José de Calasanz (el que ahora se llama Moisès Broggi, porqué cambia de nombre quien puede, quien se lo puede pagar) había 200 metros. En esos 200 metros me mangaron la calculadora. Hicimos un trato, el quinqui que me atracaba y yo: te doy la calculadora (una Casio con funciones científicas comprada en Andorra) y me dejas que me vaya en paz, que casi llego tarde. Suspendí el examen pero no por la falta de la calculadora, si no porqué no sabía nada ni había estudiado y además no me podía concentrar en los problemas. Al Fabi, el quinqui que me mangó la calculadora sin necesidad de mostrarme la navaja que aseguraba llevar en el bolsillo derecho de su chupa de cuero falso, le encontraron muerto poco más tarde. Creo que se estampó, con el coche robado que conducía, contra un muro. O quizás se despeñó por un barranco. No lo recuerdo bien: se que murió en un coche robado cuando intentaba zafarse del coche de la policía que le perseguía. Lo cuenta así de bien y de conciso Javier Pérez: los quinquis lo pagaron muy caro.

Ahora lo pagarán muy caro otra vez. Quienes centrifugraon el dinero robado des del Palau de la Música envejecen, nobles y elegantes, en las pantallas. Están pulcros y aseados, con unas canas bien estudiadas en su testuz de ciervo adulto, veranean en la costa, declaran cosas, hablan de las razones, del pueblo, de la verdad. De la parte de verdad que hay en las mentiras. Hablan de naciones, de países, de democracia, de derechos, de mandatos democráticos, de libertad. El cuerpo de mi quinqui, aquel Fabi que murió en 1980, es un puñado de ceniza áspera y amarillenta en un nicho de vete a saber qué cementerio. Dicen que vuelve.

9 comentaris:

  1. Quienes más sufrieron fueron los quinquis, sí, ellos, intentando salir del sufrimiento en el que vivían, se metían en otro: "los quinquis lo pagaron muy caro"
    Javier Pérez Andújar lo cuenta con la concisión absoluta del buen escritor. Pienso, como tú, que estamos ante el mejor escritor catalán de nuestros días, es magnífico y valiente. Como que lo conozco, añado además que es aún mejor persona que escritor.
    Saludos

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    1. Gracias por tu aportación, Francesc. Y, si te perece bien, hazle llegar a Javier este texto.

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  2. El Raval está insufrible, LLUIS. Lo piso a casi diario. Imposible bajar por Riera Baixa, por Hospital, por Reig. Difícil por la Plaça PedrÓ, Carretas, Reina Amalia, Botella, San Paciá, Salvadors. Complejo por Carmen, Elizabets, Joaquin Costa...Pero el nucleo duro está en las primeras citadas. Los narcopisos se mueven a la medida que la demanda lo pide. Ahora está de moda Sant Antoni. Más turismo bebedor y más relojes a mangar.

    Todo es proporcional, LLUIS. Todo. ¿Cäuntas industrias tenemos en la ciudad?, te lo digo yo, venga, déjame...50 panaderías que fabriquen pan en un horno casero y alguna cosa más que me descuido. Todo lo demás reventa . Ahhh , si, bares muchos bares, tantos como 31 en tres manzanas de nuestra calle Parlament, otrora llena de fábricas, talleres, tiendas al detall y reparaciones. Si, si, los quitaron porque la industria, por lo que se ve hacía mucho ruido por las mañanas. Lo que no tuvieron en cuenta es de que los bares hacen mucho ruido por las noches.

    Perez Andujar es uno de los mejores escritores de hoy en día. Poco querido, eso si, por los del Koiné, pero eso, que koiné nos importa si sigue escribiendo y deleitándonos con sus líneas.
    Un abrazo

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  3. Uf, no sé si debo comentar, eso de los quinquis, Para mi que hablamos de una nominación clasificativa del personal que no de la persona física. Me explico: los quinquis son los otros.
    Primero que los vecinos fueron expulsados por los bancos y/o las deudas y lo ocuparon las mafias rumanas, dominicanas y africanas para instalar narcopisos y similares. Tened en cuenta que estos trabajan en el ramo de la cocaína, y si leísteis la semana pasada hubieron macro (ja!) redadas pero solo a dominicanos y su cocaína, sin embargo nada sobre la heroína y los traficantes pakistanies, eso era harina de otro costal.Barcelona posee el record del chute mas barato de Europa (10 €) Detuvieron a unos cuantos eso si y cerraron algunos pisos, pero ya han vuelto, han ocupado los pisos y sin embargo ya no hay redadas, dicen que están en libertad con cargos (ja!).
    ¿y aún os preguntáis el porqué de todo esto?
    Y aquí voy a la segunda parte y no os ofendais. Cuando a un tonto le señalan la Luna con un dedo, el tonto mira al dedo y no ve la Luna ¿lo entendéis?
    Hace ya un tiempo que la Genialidad quiere mas Mossos y el Estado ni caso, les dice que con los que hay, mossos, guardia urbana,guardia civil etc ya tienen suficientes. ¿entonces que hacer? ..... pues aumentar la peligrosidad social permitiendo y tolerando actividades como estas del narcotráfico, pensando que así se podrá presionar al Estado ¿no? pues ahí estamos nos señalan la Luna y de nosotros dependerá que veamos un dedo o no.A mas mossos mas armas ¿lo cogéis?
    ¿Recordáis a los comandos grafiteros del metro?... pues una manera de entrenar para la toma de estaciones y paralizar transportes públicos ¿con que finalidad? Pues leeros mi último post en lostbarcelona.blogspot.com
    Admito sugerencias

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  4. A mi me ha parecido una pavada de artículo; nostalgia menopausica y falsaria, de comunista mascota de los señoritos segundones, PSUC al cabo. Yo me crié en un barrio de la periferia, de yonkis y currantes. Los lunes, al ir a la fábrica o al insti, era común pisar jeringuillas usadas o encontrarse algún tipo inerte, quizá muerto, con la chuta colgando del brazo. Solíamos ser asaltados a diario, mas de una vez en muchos casos, y tuvieron que cerrar el turno nocturno de bachillerato porque el miedo a la violencia lo dejó sin asistencia. Nos quedamos en las fábricas. Era y es una mierda, y esta glorificación idiota del lumpen la justificación perfecta de éso, de que mejor nos quedemos en sus fábricas, no sea que pudiéramos amenazar el estatus de nadie. Váyase a la mierda Sr. Andújar, o mejor, a hacer el cortijero a los señoritos comunistas de chalé adosado en Sant Just Desvern.... A la mierda!

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  5. Sr CAPITÁN TRONADO:
    Creo que que se ha confundido ud de articulista, lo doy por hecho; sino es así, permítame decirle que yerra. Que quizá tenga ud. algún prejuicio. Que verdaderamente no lo conoce (a perez Andujar), y que si le conociera, su opinión, pudiendo opinar similar que como lo hace ahora, sería diferente, o al menos con otro lenguaje, no por lo agresivo, eso no le afecta, pero si por lo ideológico.
    le aseguro, con su permiso, Sr EL CAPITÁN TRONADO, que si de algo no hace mérito, es el de hacer de cortijero, antes bien, está vetado precisamente por no hacerlo, le doy mi palabra, que aún valiendo poco, al menos tiene remite si desea clicar en él.

    Y me gustaría que supiera que P Andujar es un tipo jóven, y que también se crió en la periferia, con igual fortuna que lo chicos de su época, o sea, poca.

    En fin, espero se le haya pasado el enfado, porque supongo (lo intuyo), que si vuelve a releer el artículo encontrará que el suyo debería de modificarlo, al menos un pelín.
    salut

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  6. Leo a Pérez Andújar y me gustan sus libros, en especial "Paseos con mi madre". He tenido la ocasión de saludarlo personalmente y de comentarle su libro " Catalanes todos" y suscribo todo lo dicho anteriormente, cosa que he hecho después de leer muy detenidamente el artículo. Y por ello mantengo la calificación y el tono, en el espíritu de exigir mas a quien mas puede dar.

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  7. Bien...bien..."... de exigir mas a quien mas puede dar...." bien. Este si es un argumento válido, con un tono diferente y menos despectivo. Esto realza la figura del escritor y se le pide que se "exprima más.
    esta frase condensa su pensamiento hacia él y a ud. le deja en buen lugar, t a él le obliga a superarse porque denota que le sigue como lector.
    No es necesario más epítetos.
    Gracias por contestar.
    Salut, EL CAPITAN TRONADO.
    Salut

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  8. Me alegro de que se me entienda. No soporto esa idea de que los pobres, por serlo, tengan que soportar a los delincuentes. Es algo que me enerva... Saludos

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