Soy lo bastante mayorcito como para saber quienes son los que piden libertad, los que la exigen. Siempre lo hacen para si mismos o para su grupo, su clase o su opción. Pensemos, por ejemplo, en la libertad de culto. Siempre vi lo mismo: quienes exigen libertad para si siempre son los fuertes, los poderosos o los que se saben del lado de los fuertes y poderosos. Los débiles no solemos hablar de libertad, o lo hacemos muy poco. Yo ya no recuerdo cuando fue la última vez que exigí libertad. Creo que fue cuando le pedí a mi madre libertad para dejar los pantalones cortos y vestirme unos largos.
Los débiles exigimos igualdad, justicia, educación. Cosas así. Y, a veces, fraternidad. Pero libertad ¿para qué? ¿De qué me serviría exigir libertad para navegar con mi velero por donde me de la gana cuando no tengo velero?
Siempre vi gente que pegaba carteles y gente que los arrancaba. Yo mismo, de jovencito, arranqué un cartel del concierto de King Crimson (de cuando actuaron en el estadio del Español, hace más de mil años), y lo hice con sumo cuidado, para llevármelo en el mejor estado posible y colgarlo en la pared de mi habitación, encima de la cabecera, allí donde otros cuelgan un crucifijo. Cuando arrancaba el cartel de la banda de rock nadie me increpó. Quien lo había pegado lo hizo, según se ve, provisto de su libertad para pegar carteles. Y yo lo despegué en virtud de mi libertad para despegarlo. No hubo enfrentamientos ni gritos ni improperios. Y eso que lo hice a plena luz del día, ante los transeúntes que circulaban hacia sus quehaceres.
Es cierto que las libertades han ido a menos en los últimos tiempos, y que ahora hay que pedir permisos para todo. Aunque, en realidad, siempre ha habido límites en el uso del espacio público. A mi me identificó la policía cuando acababa de realizar una pintada con espray contra la mili obligatoria, hace un montón de años, y me retuvieron un buen rato en la calle, al lado del coche patrulla que me pilló en plena faena. Me libré de la multa porqué, por entonces, no existía la Ley Mordaza que votó, con ilusión, Convergència en el Parlamento. La misma Convergència que ahora (se llame como se llame) se dispone a aplicar la misma ley para multar a los ciudadanos que arrancan lazos amarillos de la calle. La calle que es de todos. No se si llegarán a implementar su república, pero si lo hacen esa república no será un ejemplo de libertades, estamos advertidos. O si será un ejemplo de libertades, pero solo para algunas cosas.
Digan lo que digan los defensores de las libertades, a mi me sorprende que, en un país en el que hay que pedir permiso para instalar una mesita para vender rosas en la calle (Ay de la gitana que lo haga sin permiso) se pueda recubrir de lazos amarillos una calle, un parque público o una hilera de árboles y las autoridades deban proteger los lazos, para impedir y multar al desprevenido que los quite. Yo quité un lazo, y lo hice en nombre de la estética, ya que afeaba un monumento. Creo que no existe el derecho a la estética, ya lo se. Quienes los ponen argumentan (a veces) que su causa es buena, ya que los lazos amarillos piden la libertad de unos presos. La libertad. Con la libertad hemos topado, Sancho.
Creo que a los defensores de la libertad se les puede pillar antes que a un cojo. Me gustaría saber qué pasaría si me pongo a pegar lazos, azules por ejemplo, para exigir la libertad de Luis Bárcenas, que también es un político preso. O lazos negros para pedir la libertad de los presos acusados de yihadismo, ya que su causa no deja de ser una causa política. ¿Defenderán mi libertad con el mismo ahínco que ponen en defender la suya?
Lo dicho: prefiero pedir igualdad, pero eso debe ser porqué soy un pobre diablo.
Tengo mis dudas de que la igual exista, pero está bien pedirla.
ResponEliminaBesos.
Porqué no existe hay que pedirla.
EliminaIgualdad me refiero, desde el tf a veces me como las letras.
EliminaLo siento.
A ver si pidiéndola algún pudiera existir.
Besos.
Hay que pedirla siempre. Y cuando exista (si algú día lo hace) hay que seguir pidiéndola, no vaya a ser que otro día nos la quiten. Creo que es una obligación moral de los débiles y de los que estamos por la parte de los débiles. Yo no encuentro otra causa mejor por la que trabajar.
EliminaMe viene a la cabeza unas palabras de "De Chirico" cuando hablaba de libertades y revolucionarios.
ResponEliminaY me viene a la cabeza porque inmediatamente he pensado en Daniel Ortega, el de Nicaragua.
La palabras del pintor metafísico: " Cualquier revolucionario que viva lo suficiente deja de serlo".
Tranquilo, LLUIS, la palabra "libertad" la tienen tan manoseada que pasado mañana la pedirán para Prenafeta, Alaavedra , Pujol y Millet, que de estos ya no se habla y han sido los ideólogos patriotas del diseño, el porcentaje, la adulación y la estafa. Todo lo que ha venido detrás son artistas de medio pelo y copiadores de bajo rango...¿o es que me vas a comparar el Torra o Puigdemont con Papá Pujol ?
Salut
Pasa lo mismo con la "democracia", demasiado invocada, o confundida con el uso de las urnas.
EliminaEstamos en un momento en el cual, el uso perverso de algunas palabras las ha vaciado de contenido y borrado su significado.
ResponEliminaNo, no es nada nuevo. Esto ya lo practicaban los sofistas en la Atenas de la antigüedad clásica, y era el modo de trabajo de los charlatanes de feria vendiendo crecepelos infalibles o estilográficas baratas.
A los sofistas se los tragó la historia, y se reconvirtieron en abogados de pacotilla, y los charlatanes de feria hacen ahora su agosto a través de internet. Como en la física, " nada se crea o se destruye, todo es transformación de la materia".
Y como los aldeanos han dejado de ser crédulos y ya no le compran un crecepelo a nadie, el sindicato de la verborrea se ha pasado a la política, porque aquí lo que venden ahora son intangibles, y nadie se atreve a denunciarlos por fraude y estafa en caso de que incumplan su palabra.
Si existiese un Nobel a la palabrería vacía, yo propondría a Carles Puigdemont por una frase que pronunció poco antes de la "no-proclamación" de la república, asegurando que tenia un "mandato democrático inapelable".
Ahí es nada : "mandato" ( ¿ de quién ? ), "democrático" ( ¿ estamos seguros de ello ?. ), e "inapelable" ( ¿ la otra mitad de los catalanes no tiene nada a decir ? ).
No se si alguna vez Puigdemont ha tenido sentido alguno del ridículo. Si yo fuese psiquiatra, diagnosticaría delirio mesiánico mezclado con paranoia.
Pero hay quien le compra el crecepelo.
Creo que "crecepelo" unido a "Puigdemont" provoca una buena carcajada: el suyo si funciona, por lo que se ve. Bromas aparte, el abuso no solo afecta a los lazos en las calles, también a la semántica. Democracia, mandato democrático, urnas, pueblo, libertad, derechos... todo eso ha sido manoseado, en parte para confundir y en parte para apropiarse de los conceptos. Acusar de "fascista" al que arranca un lazo es un abuso del término "fascista". Junto a la frase de Puigdemont que citas, yo retengo una de Torrent -que por cierto lleva un tiempo callado y de vacaciones-: dijo que "ningún tribunal puede estar por encima de un presidente electo". Bueno. Y entonces, ¿como nos explicamos el caso de Nixon?
EliminaEstá visto que ni ellos mismos creen en la "democracia" que predican tanto. Torrent es un personaje algo siniestro que me crea inquietud, no se porqué, pero me recuerda a Rudolph Hess. Tiene la misma mirada de "iluminado"
EliminaLo que queda claro es que no creen en la división de poderes, que es la auténtica garantía de una democracia legítima.
"...A los sofistas se los tragó la historia, y se reconvirtieron en abogados de pacotilla, y los charlatanes de feria hacen ahora su agosto a través de internet. Como en la física, nada se crea o se destruye, todo es transformación de la materia;..."
EliminaCierto. Tan cierto como que a menudo palabras como estas solo describen al que las utiliza.
Rodericusssssss, siempre tocando el hueso, Torrent llamado "la cusidora" por aquello de "cusí feridas" que dicen que dijo y no por lo de "zurzir" que es otra variante, es un personaje plurivalente de esos al estilo sra.Colao que se mojan sin mojarse o eso nos parece, y que son marca de la casa.
ResponEliminaBarcelona siempre fue así "ambivalente" Recuerdo a mis padres poniendo un clavel cada año sobre el túmulo de Maciá en el cementerio de Montjuich hasta que le pusieron las cinco letras de bronce que se las habían quitado para disimular su ubicación pero que mis padres conocían, fue a partir de entonces que nunca mas volvimos a poner flores, y así hasta nuestros días. Por cierto mi padre siempre dijo que el Sr.Companys fue un mal hombre, y lo sabía porque estuvo bajo sus ordenes y muy cerca.
Je,je. Chordi, hay un refrán italiano que dice " Un bello final toda una vida honra".
EliminaCompanys tuvo la desgracia de ser apresado por la gestapo y de ser fusilado. Y aquí nació la leyenda y la aureola del "presidente-mártir" de Cataluña.
Creo que tu padre tenia buenas razones para opinar así. La historia de los barcos prisión en el puerto, como el funesto "Uruguay" es algo que muchos prefieren no recordar, y en el asunto de las "sacas" y los "paseos" Companys podria haberse implicado y evitado los desmanes y asesinatos cometidos por los comunistas y la CNT.
En el fondo, la única diferencia entre los dos bandos, es que unos ganaron y los otros perdieron. Y los vencedores tuvieron cuarenta años para seguir cometiendo crímenes envueltos en una bandera.
Como pueblo, no tenemos "pedigree" democrático, y es algo que tardaremos muchos años aún en tener.