Llegué hasta a El Marmellar tal como se llega a la vida: por casualidad. Y cuando, en realidad, quería encontrar otro lugar.
El Marmellar es un pueblo que quedó abandonado para siempre poco después de la guerra civil. Hoy, la naturaleza se afana en recuperar las calles, las fachadas, el cementerio. En las habitaciones en donde antaño hubo personas comiendo, durmiendo, haciendo el amor, preocupándose por el devenir de sus vástagos, soñando, delirando, filosofando, dormitando, cocinando o sin hacer nada, hoy crecen robustas higueras, madreselvas, enredaderas. La paz de los vegetales volvió a ese lugar.
La iglesia, del siglo XVII, se arruina lentamente. Las iglesias en ruinas nos parecen mucho más fotogénicas que las otras. Me imagino la belleza que le darán, algún día, la ruina y la vegetación al templo horroroso de la Sagrada Familia. El silencio anda por lo que hoy son veredas estrechas y ayer, calles.
Hace algunos años, la policía halló en ese lugar el cuerpo violentado y medio carbonizado de una mujer. El caso no se resolvió jamás. Los periodistas del ramo de lo esotérico hablaron de sectas satánicas, olvidándose de que los satanistas, en el caso de haberlos, nunca han provocado la destrucción que han provocado los partidarios de Dios y son, en realidad, una gente muy pacífica. En las paredes de la iglesia hay alguna pintadas de esta índole, y todas ellas muy pueriles: el número 666 (que también aparece invertido bajo una cruz -999) es la más osada.
Caminando por esas calles antiguas, uno no piensa ni en Dios ni en el diablo. Un viejo reloj de sol del que apenas queda un rastro vago y deslucido cuenta algo sobre la vida y sus afanes, perdidos, sobre el tiempo por el que pasamos mientras pensamos que el tiempo pasa por nosotros. Las nubes se cierran y la niebla asoma por detrás del cerro. Se dirige hacia el pueblo, así que mejor largarse. Ya no somos los chicos románticos y locos que fuimos, los que se hubieran agazapado en el cementerio para recibir la humedad gélida de la niebla, dispuestos a experimentar con lo que haga falta. Ahora, pasados los años, sentimos miedo y nos asalta el duendecillo de la prudencia, porqué algo nos dice que a él le debemos haber llegado hasta aquí, y no al de las aventuras locas. Jamás resolveremos el dilema.
¿Hubiera sido preferible una vida corta pero repleta de intensidad? ¿Es mejor esta, posiblemente algo más larga y más aburrida? La rutina, el tedio, la vida, el trabajo, los hijos, la cuenta corriente. Esa vida no es tan aburrida, al fin y al cabo.
Andando por las calles de El Marmellar, arriba y abajo, uno se encuentra con un montón de fantasmas. Algunos te miran y se desvanecen enseguida. Otros se arriman a tu oreja y te preguntan. Ninguno de ellos da miedo. No más miedo del miedo que da estar vivo, leer la prensa, ver las noticias en la tv. Me parece que son fantasmas respetuosos y prudentes, como nosotros. Diría que a cada uno se le aparecen los fantasmas que se merece. Si lo que tu le das a la vida es lo que la vida te da, parece que funciona igual con la muerte. Creo que alguno de ellos se queja y lamenta que le hayamos perturbado la calma, pero protesta con suavidad y con educación. Los fantasmas de El Marmellar son fantasmas buenos.
Caminar y meter las narices en los pueblos abandonados podría parecer la actividad propia de un ser enfermizo, demasiado melancólico, demasiado ocioso. A mi me parece todo lo contrario. Se lo recomiendo a todo el mundo. Esa es mi forma de estar vivo aquí. Hay un instante de luz después de una eternidad de nada y antes de una eternidad de nada.
A este pueblo abandonado poco después de la guerra civil vienen, hoy, grupos de chavales con sus botellas y sus botellones.
Los pueblos abandonados me ponen triste, como triste me pone reconocer que hay cosas que no tienen futuro, y que las cosas sin futuro son eso, un morir lento.
ResponEliminaSalut
Mi estimado:
ResponEliminaTe he llamado por teléfono, me ha contestado tu secretaria virtual. Me ha dicho que en esos momentos no podías atenderme, que si quería que te dejara el mensaje y demás.
El motivo va con y por esta entrada.
Sale un reloj de sol. No está catalogado, lo he averiguado hablando con la SCdG. Allí, su secretaria no virtual me ha atendido ufana y orgullosa. Le he proporcionado un par de fotos sacado de tu video.
Lo calibrarán, lo mirarán, lo juzgarán (que menos), y lo pondrán en el inventario para que no quede abandonado como el resto del pueblo.
Me han preguntado a nombre de quien tiene que ir el descubrimiento, dado que no está catalogado y todos los que vamos descubriendo lleva escrito el del dueño de la foto, por supuesto, el de El Marmellar, llevará impreso tu nombre, como descubridor del mismo y para el catálogo.
¡ Que lo sepas ¡
Cuendo esté puesto te mando el enlace...link que le dicen los del diseño de las palabras....
Desconocía el registro de relojes de sol y me parece muy interesante. Mira por donde voy a constar como descubridor. Supongo que han hecho un cálculo de las medidas. Yo diría que la anchura debe medir unos 60/70 centímetros y la altura unos 20cm más, pero es muy a ojo.
EliminaSobre secretarias virtuales ya sabes... incluso podríamos tener un presidente virtual.
Hola LLuis, Ara et toca visitar Selma . que no està gare lluny -
ResponEliminaSóc un 'col·laborador' dels amics de la Societat Gnomónica.
On conflueien les comarques del penedès jussà i el Camp sobirà, pots trobar bastants indrets deshabitats, cap però, té aquest aire de desolació de El Marmellar.
Quin descobriment mes interessants, a mi m'encanten aquests llocs abandonats, per tot el que diuen i no diuen. Per aquest romanticisme, ho trobo molt poètic.
ResponEliminaUna abraçada
[MI EX ESPOSA ESTA DE VUELTA]
ResponEliminaMi ex esposa me recriminó diciendo que no quería volver a casarme y, por lo tanto, ella intentó que los niños se volvieran contra mí también. Tuve una relación terrible con todos ellos y la mayor parte es porque o no me deja verlos o porque está llenando sus oídos con un montón de mentiras sobre mí. Intentamos la mediación, nada parece llegar a ella. Conocí al Dr. Akim que me ayudó a lanzar un hechizo de amor, ahora hay tanto amor y felicidad en mi familia. El correo electrónico del Dr. Akim: [prayerstosavemarriage@hotmail.com]