12 d’oct. 2017

La chapuza catalana

Resultat d'imatges de circo catalan

Como todos los martes por la tarde, quedamos en la taberna Los Hispanos a las seis. Es cierto que algunos no se anotan la cita porqué se pasan el día entero en el garito. O la semana, en los casos extremos. Ese día fuimos más de los habituales, porqué en la tele pasaban una función especial del Circo Catalán, que nos entretiene mucho desde hace algo más de un lustro. Yo llegué puntual y me pedí una caña nada más cruzar la puerta.
-¡Caña ahora mismo!

A los pocos minutos nos informaron por la tele de que la función se iba a retrasar una hora. Me temí lo peor y acerté. Esa demora sería nuestra perdición: en efecto, cuando apareció la estrella del circo, ese famoso Artista Solitario, ya estábamos todos borrachos. Demasiado rato sin saber qué hacer y con las cervezas tan a mano... Ese tío, el Artista, ese tío es gracioso, si, pero también es un fastidioso de narices.

La actuación del Artista, aunque retardada, fue mas breve de lo previsto. A decir verdad, se le agradece el detalle de lo breve. El Artista Solitario prometió una gira leve, de 18 meses y, aunque ya van 20, cansa. Así que aplaudimos la brevedad. Al final de su gira ha aprendido a ir al grano.

Las primeras impresiones, tras el patético soliloquio del artista, las de los más avezados al circo fueron: "¡Vaya chapuza!".

A partir de aquí se desencadenó el griterío en la barra, el desconcierto y la pesadumbre de muchos.

-No he entendido nada -se lamentó Pepe, el de la gasolinera- Que me aspen si he entendido algo.
-Está muy claro, José -le regañó Juan, que se niega a llamarle "Pepe" a Pepe- Lo ha dicho bien claro: Dios es uno pero son tres. Ya nos lo decían en el colegio, de pequeños.
-¡Otro simulacro! Dios mío ¡otro simulacro! -gritaba Paco, dando tumbos por entre las mesitas. Paco es más leído que el promedio y sabe palabras como "simulacro"- Esos catalanes son incapaces de hacer algo de veras.

Veo a Manuel enfurruñado en el fondo de la barra.
-¿Te sucede algo malo, hermano?
-Nada, nada, ya se me pasará. Es ese acento pueblerino del Artista, me deprime... Y ese traje que nunca le cae bien... -Manuel, huelga decirlo, es un obseso de la estética.
Entonces escuchamos un portazo. Se ha largado muy airado un cliente que viene solo a veces y no llega a parroquiano de veras. Sabemos que es de buena casa y muy admirador del Artista.
-¿Se ha cabreado con nosotros, Luisín? -le pregunta Pepe al camarero.
-No, se ha cabreado con el Artista. Por lo visto habrá dicho algo que no le ha gustado nada. Igual ha sido el chiste final, eso de "Soy Napoleón pero dejo en suspenso mi napoleonidad".
-Para mi que ha sido el chiste del diálogo lo que le ha mosqueado: no tiene sentido que pida diálogo el tipo que se cree superior a todos. Vamos a ver... ¿acaso Dios dialoga con los pecadores? -interrumpe Miguel, hasta ahora silencioso y taciturno, siempre haciendo gala de su nombre arcangélico.

-¡Voy a dejar de fumar! ¡Y de beber! -grita ahora Max, con lo cual deduzco que está demasiado borracho- ¡Lo que vendrá ahora lo quiero vivir! ¡No me lo quiero perder! ¡He recuperado las ganas de vivir!
-Vamos, Max, no jodas: ¿quieres morir sano después de haber vivido enfermo toda la vida? -le espeta Luisín mientras frota la barra con un chorrito de ginebra.
-No entiendo como ese circo gusta a tanta gente, de veras -medita Juan, en voz alta- Es aburrido, repetitivo, tedioso... Y además te puede joder la vida. Son cuatro payasos... Dijeron que el ochenta por ciento del pueblo quería ir a la función, pero cuando hicieron la función solo acudió el cuarenta por ciento...

Aquí nos callamos todos, porqué esas cuentas en porcentajes de Juan no las entendemos ni cuando estamos sobrios, que es mucho pedir la sobriedad. Juan siempre está en otra esfera cósmica y en su cabezota hay demasiados datos. A nosotros lo que nos gusta es el embrollo, el lío, la payasada del Artista, ese gesto de solemnidad que adopta cada vez que suelta un chascarrillo patriótico, ese dramatismo como de Agustina de Aragón, es eso lo que me encanta. Y el peinado, por supuesto, que es lo más gracioso des de Charlie Rivel.

-Una chapuza, una chapuza de función... -murmulla entonces Simón, que se ha largado a una mesita- Tanta espera para eso... Más nos habría cundido poner una buena película de esas que esconde Luisín en el almacén- Ya lo dijo Terenci Moix en los sesenta: en Cataluña no hay cultura, solo cultureta. Cultureta y nada más. En un país incapaz de tejer una verdadera cultura ¿qué se puede esperar? Hace 50 años Terenci Moix preguntó, cachondeándose: ¿cree usted que la cultureta catalana es una cultureta burguesa o cree usted que es la cultura preferida por la clase obrera mundial? Y bueno... todavía hay alguien, hoy, que se lo pregunta. Hay que ser burro, burro, burro.

Nos quedamos todos mudos. Nadie conoce a ese Terenci Moix que acaba de invocar Simón y la verdad, nadie se esperaba ese giro. Voy a pensar en la cultureta catalana antes de dormir. Será poco rato, porqué con tanta cerveza creo que me voy a quedar frito enseguida, como un angelito con la conciencia impoluta.

Cuando nos vamos, y mientras Luisín va apagando las luces en el conmutador, veo algo sinuoso en el fondo, en la mesa del rincón más oscuro. Como un aire que tilila. Es un fantasma. Distingo algo. Sí, es el Artista Solitario. O mejor dicho, su espectro. Está ahí el espectro del Artista, abatido ante una copa de coñac, con la botella de Fundador al lado. Cuando le miro él levanta su cabeza fantasmal y me musita, con tristeza enorme, con voz cavernaria en el fondo de la sala tabernaria:
-¿Sabe usted? Hubo un tiempo en el que me llamaban "Molt Honorable", a mi, ¡a mi! aunque viéndome así quizás usted no me crea. Es más: hubo un día en que yo, ¡yo! proclamé la República Independiente ante las cámaras. Si no lo quiere no se lo crea, pero yo le prometo solemnemente que lo hice, vaya si lo hice... Fue en una tarde de otoño, de un otoño muy cálido, en España...




4 comentaris:

  1. "Es ese acento pueblerino del Artista, me deprime..."
    Y luego los señoritos ciudadanos hablan de supremacismo. Del de los demás, claro. O dicho de otro modo: ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga (el vigón, mas bien) en el propio.

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    Respostes
    1. Para mi que eso es una licencia del autor, para dar más realce al contexto, más que un pensamiento del mismo, pero no se

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    2. Tienes razón. Le trasladaré tu queja al personaje. Aunque ya sabe, con los personajes: cada uno es de su padre y de su madre.

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  2. A este bar lo chapan ¡¡¡ vaya si lo chapan ¡¡¡¡ ¿Cómo dejan entrar personal de tamaña insentatez ?
    Hem perdut el nort ¡¡
    Salut

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