24 de maig 2017

Acercamiento a Kosovo

Resultat d'imatges de kosovo

Hace muchos, muchos años, en un país que se llamaba "Cataluña" pero que era distinto de este, un escritor de novelas patrióticas llamado Alfred Bosch publicó una columnita en el períodico "Avui" (un periódico que entonces se titulaba "Avui" a secas y todavía no era "El Punt/Avui") en donde felicitaba a Kosovo por su recién independencia y terminaba con un lacónico: "mire usted por donde, Kosovo se habrá independizado antes que nosaltres".

Escribo "nosaltres" así, en catalán, porqué el pronombre catalán precisa mejor el concepto, al igual que "cosa nuestra" no significa lo mismo que "cosa nostra": "cosa nuestra", en castellano, podría referirse, elípticamente, a un asunto sexual o a un apaño privado de cualquier otra clase. "Nosaltres", en catalán, no es solo un pronombre: es un pronombre que es cuestión de infraestructuras de estado -de estado que no existe-, es una bandera y un grito de guerra. "Nosaltres sols", por poner una ilustración ejemplar,  fué un grupúsculo de Estat Català, el protopartido que está en la génesis de Esquerra Republicana de Cataluña, el invento de Francesc Macià, el coronel que intentó invadir Cataluña para independizarla con cuatro mamarrachos por el paso pirenaico dels Prats de Molló. Se rindieron al escuchar el primer tiro, huelga decirlo: la valentía catalana es procaz pero limitada. Hace demasiados siglos que, en vez de almogávares, hay señoritos del Eixample. Y es por esa razón que la Diagonal se llenó de catalanes en 1939, catalanes brazo en alto, que acudieron a saludar al Caudillo. Algunos de ellos y la mayoría de sus hijos y nietos son quienes hoy desfilan a las órdenes de Forcadell. Catalanes todos.

Y ahora vuelvo a Alfred Bosch. Nuestro escritor ganó algunos premios de novela y luego se organizó un referéndum intinerante por los pueblos, cual feriante que sortea muñecas Chochonas (empezando por Premià de Dalt, en donde la familia Pujol tiene un chalecito). De aquel referéndum jocoso, campechano y desenfadado como un Borbón, nació el referéndum del 9N. Y luego vino todo lo demás, lo que todo el mundo sabe. A día de hoy Alfred es un concejal de Barcelona en la oposición, más bien tristón, ojeroso y alicaído porqué iba por ahí presentándose como el alcalde inminente de la Ciudad Condal pero el título se lo adjudicó la señora Colau y eso lo encajó mal, lo vivió como una usurpación. Tal como hizo la Ferrusola cuando el PSC se hizo con el gobierno autónomo, y dijo que se sentía como si unos okupas la hubieran echado de su casa.

Bosch, en su columnita de antaño y de ese país de entonces, que parece como si hubiera sucedido en el límite de un agujero negro, en un mundo paralelo, no mencionaba la historia agazapada tras la independencia de Kosovo, la magnitud del desastre que la precedía. Ni tampoco hablaba del acuerdo con los Estados Unidos para financiar la nueva república calamitosa, lo deficitaria e insostenible que es. A día de hoy, no es por casualidad que ningún independentista catalán pone el ejemplo de Kosovo, lo cual es comprensible y a la vez significativo. El olvido de Kosovo en el imaginario secesionista (olvido o elipsis elegante) es casi literario.

Y sin embargo, leyendo la prensa de las últimas semanas, uno juraría que el modelo kosovar podría ser el modelo escogido por nuestros amiguetes soberanistas, esa mezcla imposible de momias procedentes de Convergència la difunta, la siempre oscura ERC  y las entrañables militantes de la CUP, un trío que tiene algo de Trío Lalalá, un algo de la Trinca y unas pinceladas -por el lado dramático- de "El gran Gatsby", aquel triángulo amoroso que termina en tragedia.

Tengo algún amigo y algunos conocidos que se conocen bien la historia reciente de los países balcánicos y la destrucción de Yugoslavia, y les veo angustiados por las similitudes que tiene el proceso Yugoslavo con el procés: con la deriva de los sucesos previos a las guerras, el tono y el estilo de los discursos, el énfasis en la palabra "patria", en la palabra "nación", en la gesticulación exagerada y la sobreactuación, en poner el acento en lo que nos diferencia y jamás en lo que nos une. Yo quise tranquilizar a uno de ellos:

-Aquí no puede haber una guerra como las de allá, porqué solo hay un bando armado y no corremos ese peligro.

-Exacto -me repondió apesadumbrado- Dices lo mismo que decían la gente de Serbia, la de Bosnia y la de Croacia meses antes de que estallara la guerra.

Yo le insisto en que aquí no puede haber ni tan siquiera el socorrido "choque de trenes" que vaticinó el señorito Mas: para que se de un choque de trenes debe haber dos trenes y aquí solo hay uno. Como mucho, podemos asistir a un descarrilamiento, o al descarrilamiento de un vagón.

Y él me insiste, a su vez, cada vez más cabizbajo:
-Estás hablando como la gente de Croacia y de Serbia pocos meses antes...

Peter Handke, el escritor alemán que fue guionista de Wim Wenders (en "El cielo sobre Berlín", por ejemplo), manifestó hace poco que el proceso catalán le da miedo. Handke se involucró en las guerras balcánicas aún sabiendo que lo podía pagar caro, ya que dijo cosas que nadie decía por entonces, cuando los serbios eran unos malos muy malos y, los demás, víctimas angelicales. Su discurso tenía algo que ver con esa película de Emir Kusturika que jamás pasará la Tv3, "Underground".

Por todo eso a mi me ha entrado un poco de miedo. Llevo años (unos cinco años) de angustia progresiva por culpa del asunto procesista, pero hasta hace poco me parecía una kermesse de barretina y banderolas (y camisetas de Textiles Forcadell). Pero de repente mi angustia aumenta y me siento intranquilo de veras. Surgen amenazas en boca de tipos que creíamos tiernos abueletes folklóricos, como Lluís Llach, y se filtran proyectos de ley con un deje alemán (de la Alemania de 1930), y hay un presidente regional (un tal Carles el Pil·lós) que amenaza con un golpe de estado, y periodistas que lo aplauden y lo promueven. Y el estado titubea porqué está flaco y enfermo, porqué el estado está dominado por un partido político podrido (sinónimo de corrupto) y no se atreve a nada, y porqué la oposición más o menos de izquierdas permanece, melancólica, en una duda existencial que le impide ver que detrás del nacionalismo solo hay nacionalismo y nada más: ni democracia ni buen rollo de sonrisas ni hostias.

Nos acercamos a Kosovo y a mi me vienen ganas de apearme de ese tren en el próximo apeadero, pero no se como hacerlo ni donde está. Las cosas se ponen feas. Hasta ahora eran tristes, pero ahora ya son feas. Cuando un tren descarrila las víctimas siempre son las mismas: los pobres, los currantes, los de familia de pobre y de currante, los del futuro incierto y nómina con IRPF al día, los que no tienen dineros en Andorra ni en Liechtenstein ni en Panamá. Los que no tenemos, en Andorra, ni el coixinet ni la deixa de l'avi. Somos las futuras víctimas las que debríamos pedir amparo, ayuda. O por lo menos no ayudar más a los señoritos, y confabularnos para descabalgarlos de sus sus silloncitos mullidos en sus palacetes. Antes de que nos descarrilen.

8 comentaris:

  1. Tens raó en què les coses s'estan posant lletges. Fins ara la defensa que feien el propis independentistes era que eren uns demòcrates que no els deixen votar i blàblàblà, un suposat clam en pro de la democràcia! Cada cop la cosa gira cap a un to més antidemocràtic. Les darreres notícies comencen a preocupar de debò: ni cal fer referèndum perquè tiraran pel dret. És alarmant.

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    1. Hi ha hagut un canvi de to, i el nou és més agressiu. Possiblement el motiu és que els sondejos i les enquestes els són cada cop més desfavorables i la corrupció més visible. Quan se senten acorralats...

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  2. Chico, no me queda más que asistir a tu escrito con resignación, porque siendo, como soy, más viejo que tu, (que no quiere decir que tenga más experiencia), pero si que por edad he visto alguna zarandaja más.
    Los políticos de casa, lo peor que tienen es que antes de ser políticos fueron banqueros. O sea, saben cuando regalarte un paragüas...cuando hace sol.
    Hacen falta 5.000 millones € mes para mantener las mínimas estructuras de un Estado, máxime si han de poner aduanas, porque no lo dudes, no estaremos en Europa, no lo permitirá España, Francia (Córcega), Italia(Venetto), Alemania(Baviera), Holanda ni Bélgica (Flandes)...Ni tan siquiera la Inglaterra del Breixit (Ulster).
    Y recuerdo, y a lo que voy, las palabras de la Forcadell (140.000 €anuales y paga para toda la vida), cuando nos dijo que el pueblo tendrá que acostumbrarse a sufrir, lo que no aclaró es que con su paga ella no puede ser considerada pueblo, sino élite.
    Y sobre lo de Llach, decir que sus declaraciones son al más puro estilo cabo chusquero: Por cojones, guste o no, se hará lo que nosotros queramos, porque nosotros somos la Ley...(me recuerda la Ley de obediencia debida de los milicos argentinos). Ojo con este tipo de neopositivismo, porque una vez pongan las "leyes", dirán que las ha marcado al pueblo y que por lo tanto se han de obedecer.
    Se nos vienen malos tiempos.

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    1. Me ha salido un texto pesimista, es cierto. Pero no le veo nada optimista a nada de lo que proponen, ni al clima que han generado de una forma tan fácil y gratuïta.

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  3. Aaaah! El gran Alfred Bosch!!, quina saviesa!!, quin nivell!!, (déu n,hi dó)...https://www.youtube.com/watch?v=VbiVxqt3ACk

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    1. Coneixia aquest video. Un altre personatge que no caldria comentar perquè es comenta sol.

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  4. Espero que sus lúgubres premoniciones no se cumplan, aunque me temo que sí.

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    1. Me pasa lo que a ti: mis deseos y mis premoniciones no coinciden.

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