Trump caganer, una forma sutil de mostrar una imagen catalanizada y entrañable del magnate americano
Parece un chiste, pero no lo es: Arturito Mas, en su página de facebook, ha colgado una breve reseña sobre el resultado de las elecciones americanas en la que no esconde una emoción bastante alegre ante la victoria de Donald. Mas aparece bastante "xiroi" en el video grabado en su casa o en el despachito de titularidad pública en el Palau Robert, que fue la mansión de un viejo franquista de los 40. El Mas o Menos presidente malgré le mi-coup de la cup destaca la capacidad de Trump por "hacer posible lo imposible" y aboga por aplicarse la lección en casa, en esta que es su casa, la Generalitat o Cataluña (nunca sabemos a qué se refiere exactamente, porqué Mas y los suyos nunca han diferenciado bien el partido, el Palau i el país). Hay que ver los sueños que tiene Arturito cuando sueña en imposibles.
Parece un chiste malo pero no lo es: los sectores hooligans del independentismo llevan tiempo mostrando admiración hacia el Presidente Trump por su desparpajo, por su falta de respeto hacia la democracia y sus instituciones. Trump tiene algo de forcadelliano o de forcadellista, eso es innegable. Del mismo modo que Forcadell tiene algo de trumpiano o de trumpista.
Parece un chiste pero no lo es: Òmnium Cultural, el engendro más maligno de la burguesía elitista catalana exceptuando a Convergència, acaba de convocar una manifestación "En defensa de la democracia y de las instituciones catalanas". Paradoja catalana: la democracia y sus instituciones son justamente lo que llevan tiempo intentando desbaratar con desfiladas, xiuladas, desobediencias a medias y otros focs de camp.
Que Trump les caía simpático a nuestros indepes era algo casi obvio, previsible. Esa es la doctrina que comparten con el yanqui: sólo cumplo las leyes que me convienen y las otras las desobedezco, transpiro etnicismo en el discurso de "lo catalán", reinterpreto las historia burdamente, tolero a los agresivos y hago como que no lo veo cuando actúan (en el inevitable Camp Nou, en la entrada de la exposición sobre la simbología franquista, en el pregón de la fiesta mayor de Barcelona, etc). Me aprovecho del sistema para empequeñecerlo, sueño con ejércitos catalanes y sobretodo (ahí está la Cup): no escondo los proyectos anexionistas. (Soñar es gratis y delirar en grupo, fabuloso). Porqué, como todo el mundo sabe, tarde o temprano nos vamos a anexionar la Comunitat Valenciana y les Illes Balears. Y al aparato resultante de la anexión le pondremos el nombre de Països Catalans, en memoria de un mito que jamás existió y que remite a las tinieblas medievales. Más de uno sueña en el duermevela de la espera de un referéndum imposible que, en vez de ponerle por nombre "Països Catalans", podrían ponerle un más diáfano, enfático y honesto "Segundo Imperio". Así, un poco Asimov, ciencia ficción popular.
Los indepes ven bastante bien lo de Trump, porqué el tipejo -un señorito de mierda- les parece más proclive a reconocer un Estado catalán que la señora Clinton, de aspecto más serio y formal. Al rubio del tupé parece que todo le da igual mientras sea un poco gamberrete y sirva para socavar la democracia y sus normas del juego.
De Trump, los independentistas furiosos pero también Mas lamentan la parte machista, pero a los indepes, con Trump, les pasa lo mismo que a los burgueses nacionalistas les pasaba con Franco: que salvo la prohibición del catalán en la vida pública, lo demás les encantaba: hicieron grandes negocios, tuvieron a la clase obrera sometida y acojonada (o muerta y presa), explotaron a los pobres sin límites y liquidaron casi para siempre el pensamiento crítico, el librepensamiento y el análisis marxista. Curiosamente, eso es lo mismo que les molesta a Forcadell y sus colegas. Sin la miseria cultural y de pensamiento que dejó Franco, hoy por hoy los independentistas lo tendrían muy negro: ¿qué ciudadano culto y formado se dejaría engañar por los eslóganes independentistas?
Parece una pesadilla pero no lo es. De un tiempo a esta parte, Tv3 da pequeñas entrevistas a pensadores, políticos y personas no-independentistas. Supongo que para evitar el ridículo bochornoso en el que se habían metido. Pero su cambio es solo aparente: durante las entrevistas (el último caso, la entrevista a Manuel Cruz), sobreimpresionan en la pantalla mensajes de supuestos espectadores ultranacionalistas, independentistas del sector doberman que se permiten amenazar sin tapujos a quienes no creemos en la independencia. Es como si le dijeran al espectador: a esos les dejamos hablar un ratito, pero tu ja m'enténs.
Todo eso son malas noticias para la democracia, como la victoria de Trump. Son noticias que hablan del declive de los valores democráticos, del respeto por la cosa pública, del respeto a las otras formas de pensar y ver el mundo.
Tal como cuenta Jordi Llovet en su artículo sobre la caída de la democracia, esta forma de gobernar y gobernarse parte del recuerdo de la antiquísima democracia ateniense. Y cabe recordar que aquello fue algo breve y frágil. También conviene recordar que la democracia es un sistema que no es mayoritario en el planeta, y que el neoliberalismo lleva tiempo acosándola y derribándola porqué se opone a sus proyectos. Nada de todo eso es un chiste. Ni tan siquiera tiene pizca de gracia.
El cineasta documentalista Michael Moore ha propuesto, en sus EUA, que las gentes democráticas deberían empezar a bloquear a Trump des de las calle para impedirle que se mueva. Los catalanes deberíamos hacer lo propio con los admiradores de Trump en Cataluña, porqué de lo contrario nos vamos a encontrar con un paisaje igual o peor (yo creo que peor) del que tienen ahora en Estados Unidos.
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Una interesante reflexión sobre el trumpismo catalán, aquí: www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/fenomeno-trump-proceso-soberanista-catalan-5621179
Ai ai ai.que ve en Trumpdemont!
ResponEliminaAi ai ai.que ve en Trumpdemont!
ResponEliminaO na Trumpcadell, que sona molt català.
EliminaAcabo de publicar un escrit sobre el video de l'Artur Mas, aquest home s'ha begut l'enteniment, molt millor el video d'Iñaki Gabilondo....
ResponEliminaSalut
He vuelto a releer tu escrito. En parte me acojona, porque no creo que estés equivocado, y mira que lo deseo.
ResponEliminaTambién he puesto en la página de Pugcarbó un enlace, que te prometo me ha confundido, y versa sobre un discurso del Sr Iglesias.
Completamente de acuerdo con la apostilla de la variante del populismo.
És justa la fusta, las palabras clave para definirlo.
Estic una mica acollonit, de veritat. No m´agrada aquesta fragmentació que ja es veu tan evident.
Anem a un futur incert, al menys en aquet país.
Salut
Per si algú tenia algun dubte, aquest cop el Maset sí que ha ensenyat el llautó de debò... Mareta, quina por l'un i l'altre.
ResponEliminaJa fa temps que sabem de quin peu calcen en Mas i els seus, però està molt bé que es treguin les caretes.
EliminaExcelente y lúcido artículo, que comparto al cien por cien. ¡Enhorabuena!
ResponEliminaGracias
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