Cuando tenía dieciséis años me afilié a una asociación de escritores imberbes, repartidos en dos agrupaciones enfrentadas: poetas y narradores. No recuerdo haber jugado jamás un partido de fútbol entre las dos facciones ya que apenas nos dirigíamos la palabra y debería ser casi imposible organizar cualquier evento común. Yo elegí el bando de los poetas porqué era muy joven y porqué en esta célula militaban más mujeres, pero en realidad le daba más a la narración. Había tipos raros en ambas facciones, pero en el bando poético abundaban más y eran mucho más extremos. Recuerdo a individuos algo siniestros, siempre serios y compungidos, con la frente tan arrugada como un pantalón de pana.
Con el paso de los años les he perdido la pista a casi todos, aunque puedo afirmar que casi ningún poeta ha prosperado mucho en el mundo adulto (negocios, dinero, hacienda y demás promesas les han sido generalmente adversas, cuando no negadas). Sin embargo entre los narradores recuerdo a uno que ahora es diputado en Madrid, un policía local, un profesor universitario, un técnico de sonido. El que menos alto llegó es profesor en un instituto suburbial. ¿Qué sucede con los poetas? Thomas Mann tiene una propuesta para explicar el fenómeno:
Tengo que confesar que no he tenido otra opción. Siempre me he sentido inútil para cualquier otra actividad humana. Me parece que esta incapacidad indudable e incondicional para cualquier otra cosa es la única prueba y piedra de toque de la profesión de la poesía, tal vez, de hecho, no haya que ver en la poesía una profesión, sino precisamente la expresión y el refugio de esta incapacidad.Sospecho que los altibajos de mi vida se deben a haber vivido una parte de ella como poeta, aunque fuese en aquella lejana juventud de escritorzuelo: debe ser como una maldición. Abandoné finalmente el grupo de poetas porqué la poesía me abandonó a mi y sólo se me ocurrían cuentos (generalmente plagios de Lovecraft, Poe, Arthur Machen) y luego historias a lo Raymond Carver, pero ya nunca más poemas. Y además no me gustaba nada que me nombrasen como el poeta. Eso me incomodaba mucho, me ruborizaba y tenía que marcharme enseguida.
He aquí, finalmente, algo capaz de darte esperanzas (*).
A lo largo de los años también estuve en un grupo de teatro (entonces me llamaban el artista), y durante algún tiempo me dediqué al dibujo y la pintura. Como exponía mis obritas en bares y restaurantes, escuché frases como mira, aquí está el pintor o bien eh, tu, pintor, págate una cerveza. En ambos casos un resorte profundo de mi psique me empujaba a negarlo, a salir huyendo cada vez.
Ahora, con la perspectiva de la edad he descubierto algunas cosas: por lo que respecta al dilema narración/poesía me gustan especialmente los narradores que también son (o han sido) poetas -les veo más ricos de lenguaje y de imágenes. Por lo demás, nunca me han nombrado el contable, el profesor, el administrativo, el empleado de banca, el burócrata, el político, el policía. Por suerte, claro.
No se si yo debería haber sido finalmente poeta, pero algo de esa incapacidad para otras ocupaciones sí lo tengo. Con el paso de los años me he ido desinteresando de la mayoría de las profesiones humanas, de modo que hoy por hoy casi todas me resultan entre aburridas y despreciables. Creo que en realidad no he tenido nunca una profesión. Quizás fue eso lo que me llevó a convivir un tiempo con poetas.
Ejercí un poco de poeta y luego de narrador, un poquito de artista y un poco de pintor. Creo me hubiera gustado más ser actor de circo. Y que, cuando entrase en cualquier cenáculo, pudiese escuchar
-Mira, ahí está el payaso.
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Mann, Thomas, Alteza real, ediciones GP, Barcelona 1968
Los narradores poetas son, por regla general, de una calidad superior. Raramente puede desengañarte un narrador que es también poeta. Porque un narrador que no es poeta debe ser, para ser bueno, aquello que llamamos narrador puro, y eso es muy difícil de encontrar, porque implica que ese alguien vive constantemente en el mundo de la narración de calidad, ya sea literaria, ya cinematográfica. Y narraciones de calidad abuendan poco en nuestro mundo.
ResponEliminaPero no, no me seas payaso. Es una palabra prostituida, por desgracia. Hoy en día, cualquiera que es polémico va de payaso o de bufón. No, la provocación gratuita es absurda, porque no llega, no es meditada, es inmediata. No, Lluís, tú serás narrador, poeta o lo que sea: payaso no. Los payasos auténticos no opinan, se suben a una silla y hace uuuuuu, pero no opinan. Quien opina ya no puede ser payaso. Serás, en todo caso, narrador con carácter, que eso siempre se ha dado entre gente de alma artística.
Reconozco que "payaso" es una palabra prostituida, y supongo que por esto en las escuelas de arte dramático a esta especialidad la llaman "clown". Sin embargo, creo que el clown y el payaso son terriblemente necesarios y quizás la profesión que mas miedo le da al poder.
EliminaFíjate en Torres Villarroel, de quien por cierto te aconsejo sus Diarios...
ResponEliminaHace mucho mucho tiempo tuve en mis manos la "Vida y aventuras de Don Diego de Torres" y no la leí. Intentaré enmendar el error.
Eliminaen cierto modo un payaso es un poeta Lluís.
ResponEliminaAunque diría que lo tuyo, por lo que te he leído, es la prosa, ahí podría sacarle jugo si te centraras en una historia concreta. De hecho con algunas de las historias que has escrito aquí, saldría una novela de cuentos. Una novela NO DEJA DE SER un cuento alargado, y a mi cada vez me da más pereza leer novelas, por eso prefiero los cuentos., como los de Slavomir Mrozec, Monterroso o Calders. Además ahora hay la auto edición que con la ayuda de los amigos y conocidos puedes publicar lo que quieras.
Piensa en ello.
salut
Justamente ahora intento leer novelas breves (o cuentos largos, depende de como se mire). Creo que sigue siendo mi "formato" preferido.
EliminaBé, també es pot fer narrativa poètica, com aquesta i d'altres que tens, i continuar amb la mateixa situació... Un text revelador i a l'hora un plantejament divertit.
ResponEliminaLa prosa poètica (o poètica narrativa) m'agrada perquè m'encaixa bé en el format de post per a un blog, però si em deixo anar em surten contes llargs, molt menys poètics i quasi gens lírics.
EliminaPara mi la narrativa es más libre y más fácil que la poesía, por la simple razón que en la mayoría de las ocasiones es más importante lo que se cuenta que como se cuenta (partiendo de unos mínimos razonables). En la poesía hay que tener en cuenta lo que se cuenta y COMO se cuenta y de debe cuidar tanto el fondo como la forma; para mi es como dar una forma estilizada a un pensamiento y eso que los pensamientos en muchas ocasiones son obesos, es difícil, muy difícil...
ResponEliminaRespecto a los poetas, aunque en muchas ocasiones los poetas aparecen como bohemios hay también muchos que no lo son y que han prosperado económica y socialmente.
Aunque pasa como con los músicos modernos, si se dan a las drogas, al alcohol y al sexo desmedido y el productor tiene la suerte de que se mueren jóvenes y de sobredosis te inflas a ganar dinero con ellos, que no están enterrados y ya hay recopilaciones suyas en las tiendas.
Una de las razones del triunfo social de los narradores es que son capaces de hacer cuentos más largos, como por ejemplo ese que nos dice "Vivimos en una democracia" que ademas es de humor (parece un mal chiste), pero les funciona y muy bien.
Como siempre me he ido por los afamados Cerros de Ubeda, es domingo y soy de tecla facil...
Saludos
Siendo de tecla fácil, creo que deberías soltarte, dejar salir tu imaginación y liarte con el relato, te lo digo en serio.
EliminaBenvolgut Lluis .
ResponEliminaFa temps em guardava una entrada que per fi he penjat avui ; i mira per on em trob amb el teu escrit .
http://safolliacorcant.blogspot.com.es/2012/12/nassos-blaus.html
No puc entendre la poesia sense compromis , ni un pallasso sense idees .( tot es subversivament pedagògic )
salute.
Jo extendria la necessitat del compromís a tota la creació, ja sigui escrita pintada o actuada.
Eliminame ha gustado mucho tu texto No pude ver el video
ResponEliminaun abrazo desde el otro lado de la luna
gracias, aunque con una luna de menos
EliminaQué buena recomendación, Lluís, la de tu padre.
ResponEliminaEl mío me dijo que mi abuelo, que también se llamaba Juan, les leía la Iliada por la noche.
No sé, es algo que me pone los pelos de punta; entre otras cosas porque en aquella casa no había dinero para libros...
Alguna vez escribiré algo sobre aquello.
Gracias, Lluís.
Creo que es bueno recordar y escribir sobre esos recuerdos. En mi casa había muchos libros y muy poco dinero. Y cuando digo poco quiero decir poco. El libro de Séneca, sin embargo, estaba lleno de anotaciones a lápiz, en donde aparecía el nombre de Epicteto, el filósofo que nació y vivió como esclavo.
EliminaM'has fet pensar en les "etiquetes" que tots portem incorporats i que ens influeixen vitalment:
ResponEliminaPoeta, payaso, pintor, artista, economista, publicista, periodista, tertuliano, escritor, mujer, madre, hija, funcionario, parado, político, activista.
Sembla que si ets una no puguis ser l'altra, que siguin excloents, i no obstant això és més que probable que hi hagi algú que pugui aglutinar-les totes.
Som un caleidoscopi.
Les etiquetes les duem precisament per veure i som capaços de trencar-les, no és tan difícil i la vida fins i tot ho facilita, de vegades.
EliminaQuè bo, Lluís! Crec que ho encertes gairebé tot. Per posar en situació els teus lectors, expliquem que en aquesta mateixa associació jo estava en el bàndol dels narradors. I és cert que hi havia menys ties, però la facció a la que jo pertanyia ens vam dedicar a pescar-les entre les poetes, que venien encuriosides perquè érem els rars (algun dia hauré d'explicar les barbaritats que vam arribar a fer!). I de fet, la meva parella, que ho era del grup dels poetes, ho és de de l'any 1982. Crec que el narrador sap fabular i explica mentides més vistoses. El poeta, com qui sabia tocar la guitarra, ho té millor d'entrada perquè té la pàtina de sensible. Però no ens enganyem: a tots ens agrada una bona història.
ResponEliminaJo crec que, en el millor dels sentits, tu ets un bon pallasso i un bon narrador. Pel meu gust (i ara parlant només dels textos del teu bloc), domines bé l'adjectiu, que és el primer que ha de controlar un escriptor, però t'esplaies massa amb el substantiu: ets molt directe i visceral quan vols ser crític.
Però bé, no facis gens de cas del que dic perquè ho diu un que no ha sabut jugar-se-la fent d'escriptor.
Algun dia ens haurem de decidir a explicar records d'aquella època les narradors i els poetes...
EliminaAixò d'escriure relats necessita el "feed-back" del lector, i gràcies als qui comenteu en vaig aprenent, de manera que gràcies: això dels substantius m'ajudarà...
I en fi, jo d'aquí a poc em tornaré a llençar a l'aventura de publicar, que no té res a veure amb l'aventura d'escriure.