Un día aterciopelado y aburrido me perdí en antiguos apuntes descartados del blog. De mi blog, quiero decir, de éste. Eran textos apresurados, inacabados. A veces tan sólo un párrafo, una frase, un título. Como el esperma vertido en la nada de una masturbación urgente y anodina. Proyectos que nunca germinaron, ideas estériles, un catálogo de los días y los trabajos perdidos. Míster Blogger lo deja ahí suspendido, bajo el epígrafe de borrador, así, en una tinta roja como de tango.
Me entretengo en descifrarme a mi mismo cuando encuentro un olvidado epitafio entre los borradores. ¿De la muerte de quién narices estaría hablando? Tengo que pasar un buen rato releyendo lentamente las apenas tres líneas. Al fin caigo: estaba esperando la muerte de Jordi Pujol, y me apresuré en redactar algo ocurrente, algo que fuese a la vez ofensivo para el muerto y sobretodo molesto para sus acólitos vivos.
Le recordaba sus amigos pútridos: Millet o el honorable Macià Alavedra. Sin olvidarme de sus amistades peligrosas por el flanco socialdemócrata: en especial el antiguo alcalde de Santa Coloma de Gramenet, el señor Buenaventura Muñoz, hijo del alcalde franquista de la misma población. Ese hombrecillo tuvo muchas amistades entre los viejos franquistas y su prole, de modo que él mismo lo parece. O lo es.
Mi padre murió, y también murió mi madre. Murieron los dos. Murieron con la fortuna de haber visto morir a Franco, pero la gracia no les fue dada por lo que respecta a Manuel Fraga ni al tipo ese, Jordi Pujol. Este sigue vivo. Aunque sea por poco tiempo sigue ahí. Me inquieta la remota pero no imposible posibilidad de que el pájaro me sobreviva a mi también. La verdad: por un prejuicio generacional, me gustaría poder leer la esquela de algunos ejemplares como él. Y pronto.
Las enfermedades que se llevaron a mis progenitores perdonaron a los viejos caciques. ¿Será una cuestión presupuestaria? ¿También la muerte se nos ha pasado al neoliberalismo? ¿O todavía podemos confiar en una democracia última? Todo es medieval, de repente. Siento una vergüenza profunda por no haber hecho nada. Por haber sido uno del montón. Uno de los miles que no hizo nada.
Sería estúpido y muy grave vivir esperando un entierro. Claro que lo espero, pero de mientras debo de hacer algo. Vivir. Añorar la muerte de otros es una forma enfermiza y diferida de desear la mía, pienso. Y nada más lejos deseo. Vade retro. ¿Cóm se me pudo ocurrir escribir un epitafio por anticipado?
Me doy la vuelta. Escucho el crujir suave de la sábanas. Vivir debería ser eso. Porqué luego de escuchar el roce de las telas de la cama se me aparece tu respiración al oído. No hay nada tan sutil ni tan bonito. Nada puede explicar mejor el significado último de mi vida que una respiración tuya, dormida, callada. Como en aquél soneto de Neruda.
Levanto un poco las sábanas. Con mucho cuidado, para no desvelarte. Te miro a la luz de la velita que ya casi se duerme y que hemos olvidado, imprudentes y exhaustos. Tu cuerpo es un paisaje ondulado y tibio. Enmedio de esta noche me siento como un afortunado astronauta, pionero en la exploración del planeta Mercurio.
Alzo la mano derecha y ando con el índice y el medio por tu horizonte. Desde la cadera -pasando por la cintura- hasta tus hombros suaves. Luego el hombrecito desciende por la canal que se forma entre tu brazo y tu pecho, y te busca el pezón para atraparlo, muy flojito.
En este instante me olvido por completo de que los dedos también sirven para teclear epitafios. Ojalá no se muera nadie esta noche, murmuro muy bajito. Ojalá mañana nos levantemos todos para ver salir el sol de oro a la izquierda de la Mola. Ojalá mañana no existan las posesiones ni el dinero, ojalá todos seamos pobres y vagas animitas de homínidos y homínidas.
este mañana con el que sueñas, está por llegar
ResponEliminaFrancesc, jo tinc preparada l'ampolla de vi blanc a la nevera (no m'agrada el cava) per al dia que llegeixi la notícia a la portada de la Vanguardia.
EliminaCon paciencia para ver pasar por delante de tu puerta el cadáver de tus enemigos es suficiente. Van pasando todos, Lluis: no sólo las buenas y humildes gentes, aquellos que no deberían morirse nunca, sino también los francos, y los fragas y los antipáticos vecinos del quinto que nos amargan con su cara larga de cada mañana, o esos directores que nos recibieron como perros en nuestro trabajo, o ese director de banco que nos miraba como si fuéramos unos vulgares chorizos (el chorizo era él, és clar)... tots van passant, com passarem tots. Pero queda una consolación, la de respirar hondo y saber que en el aquí y en el ahora somos felices, estamos contentos y no nos jode la mala conciencia.
ResponEliminaLa Mola? On coi pares ara? Això és el Vallès i tu estaves a la terra ferma...
Eastriver: vivir esperando pasar entierros es fantástico, me parece una imagen surrealista y buñueliana, filmada sin duda en México. Me haría especial ilusión eso del director del banco...
EliminaPer cert: un dels pocs avantatges que tenim els interins és poder canviar de territori de tant en tant, i ho he aprofitat per apropar-me a la costa. Estava cansat de la boira, de la plana i dels 150 quilòmetres diaris. Com el Vallès no hi ha res.
què es pot considerar "haber hecho algo" o "no haber hecho nada"? si coneguéssem la vida de molts dels "miles que no hicieron nada", potser no pensaríem així.
ResponEliminase'm fa estrany desitjar-li la mort a algú, o llegir que algú la desitja per algú altre. però com a la mort li tinc un cert carinyo, no em sembla un "malefici" tan terrible. més dur i insuportable me sembla quan condemnen a cadenes perpètues o a dolors "por los siglos de los siglos".
cada vegada que escrius amor, intercalant-lo entre pensaments i situacions que tant te desagraden, m'agrada molt com l'escrius. com este trosset tan bonic que has escrit, des de "me doy la vuelta" hasta "muy flojito". enmig de tantes realitats que mos disgusten la vida, m'emociona llegir-vos en estos moments de plaer feliç.
Iruna, potser tens raó i molta gent ha fet alguna cosa, però això no treu que em senti avergonyit que hagi estat insuficient, que no haguem aconseguit res. Cal constatar i acceptar el fracàs, tampoc no passa res.
EliminaCom que visc en un món on moltes coses em desagraden, per això valoro més encara les coses agradables. Això intento explicar aquí, com convisc amb l'horror i el plaer, l'amor i la foscor.
uf... i la cançó, preciosa.
ResponEliminaAra que l'Església ha proclamat que els llimbs no existeixen aquests apunts nonats haurien de tenir el subtítol de "llimbs" en compte de l'impresentable "borrador". Temes terminològics...
ResponEliminaSobre la mort dels altres...sort que els déus no ens han donat la potestat de decidir-la! Només quatre cabrons creuen que ells si que poden dir a qui se'ls pot condemnar a mort i a qui no! Per això espero assegut a veure passar la gent com desfila estirada... i ja van uns quants!
Ara, el que és geniali és així és la teva frase de: "¿También la muerte se nos ha pasado al neoliberalismo?". És antològica.
Galderich, si puguéssim decidir sobre la mort dels altres o bé matar no fos delicte, o bé no hi hagués cap moral per entremig, aquí no quedaria ningú viu. De manera que més val així, perquè altrament jo ara no estaria escrivint, sinó criant malves.
EliminaFa poc han tret un dels molts llibres que ja sobre Crownwell, el que va tallar el cap al rei anglés molt abans que els francesos li tallessin el cap a Lluis XVI. Eran altres temps on es passava d eles paraules a l'acció...en fi, lo dicho.
ResponEliminaAquest Cromwell mai no serà prou reconegut pels serveis que ha fet a la humanitat.
EliminaÉs ben bé Eros i Thanatos, aquest post. Veig que guanya Eros...
ResponEliminaGemma Sara: el dia que no guanyi Eros ho tindré negre.
ResponEliminaEste cómic es muy bueno Lluís, o a mí me ha gustado mucho (que quizá no sea lo mismo). Menos mal que ya le vamos viendo la cara a la primavera!
ResponEliminaOjala cada uno de nosotros quisiera contribuir a la construcción de un mundo mejor... ojala fuese el amor quien marcara los ritmos y no el dinero... ojala en mi epitafio pusiera:
ResponElimina"carmeloti, la que aprendió a disfrutar de la vida, antes que fuese tan tarde como para arrepentirse del tiempo perdido"